Pese a una deuda que podría espantar a muchos, de ¢7.500 millones, el presidente morado se expresa desahogado y optimista, luego de presentar a los accionistas minoritarios los estados financieros del Saprissa y la decisión fusionar legalmente al club con Horizonte Morado.
En una asamblea esperada y reclamada durante mucho tiempo por los socios, realizada la noche de este lunes en el Hotel Crowne Plaza Corobici, Rojas también explicó a los socios cómo la fusión le permite al equipo mejorar su patrimonio financiero, pasando de ¢708 millones a ¢7.541 (casi igual que la deudas).
Apoyado en la auditoria externa realizada por la empresa Deloitte, el jerarca morado garantiza que Saprissa le está haciendo frente a todas las deudas sin ningún problema. Incluso, se atreve a afirmar que "Saprissa está en su mejor posición histórica a nivel de sus finanzas". Con esto, espera que se acabe tanto rumor sobre el estado del club.
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—¿Por qué no habían presentado los estados financieros? Fueron dos años sin informe.
—Yo me disculpé con los accionistas y les di una amplia explicación. Es muy sencillo: los estados financieros de Saprissa, auditados por la firma Deloitte, estaban desde el año pasado, pero decidimos proponer una fusión del Deportivo Saprissa y Horizonte Morado, con el único afán de fortalecer el estado patrimonial del Saprissa. Con esa propuesta, el patrimonio queda con ¢7.500 millones (sin la fusión es de ¢708 millones), lo cual es algo inédito para cualquier empresa deportiva en Centro América. Para esa fusión se requería una serie de elementos, empezando por los estados financieros auditados de Horizonte Morado para presentarlos en la asamblea. Hemos pasado los últimos meses en esa auditoría.
—Los accionistas minoritarios han reclamado mucho esta asamblea. Daba la impresión de que algo escondía Saprissa.
—Sí. Tanto rumor afectó en imagen, pero Horizonte Morado está formado por empresarios honestos, con un afán de hacer crecer a la institución. Cuando la compramos en el 2011 era una empresa inviable. A mí me dolió tanta especulación, porque con algunos accionistas minoritarios, no todos, veía mala intención.
—¿Con la fusión entre Horizonte Morado y Saprissa disminuye el porcentaje de los accionistas minoritarios?
—No. Unos poquitos han cuestionado las motivaciones de Horizonte Morado y en la Asamblea se presentó algo en lo que no habíamos sido tan claros: lo aportes de Horizonte Morado. Hemos aportado ¢2.400 millones al Saprissa y ahora hicimos un aporte al fusionar el patrimonio de Horizonte Morado con el de Saprissa, prevaleciendo Deportivo Saprissa como institución, y tomamos la decisión, los accionistas mayoritarios, de no solicitar dilución (pérdida de porcentaje de los minoritarios) ni un aporte proporcional. Cuando asumimos, el valor en libros de una acción de Saprissa era negativo y hoy está en ¢170.000. En ese cambio, los socios minoritarios no han tenido que aportar ni un colón.
—¿Cabe la posibilidad de que ustedes le compren las acciones a los accionistas que estén disconformes?
—En algún momento podría valorarse, pero en este momento les estoy hablando con datos, no con opiniones. Se les entregó un informe y en esta última semana atendimos a varios con dudas. Lo primero que quisiera es tener el apoyo de los accionistas.
—¿Y no será que más allá de lo que valga una acción, el accionista minoritario siente que perdió voto, que perdió voz?
—Puede ser. Habría que preguntarle a cada uno. La realidad es que Saprissa tomó una decisión en el 2000, de convertirse en Sociedad Anónima. Nosotros no estábamos ahí y creo que se hizo en un momento en el que no habían muchas opciones. Una vez que sucede eso y la Asamblea aprueba el ingreso de Jorge Vergara como socio mayoritario es un tema societario como cualquiera, en donde hay un accionista que por algo tiene el control de la empresa. Ahora... nosotros hemos tratado de tomar a los accionistas en cuenta. Y los hemos respetado, incluso más allá de lo que hace el 99% de las empresas: si necesitan capital, se pide y el que no aporta se diluye.
—Ciertamente, Saprissa es una sociedad anónima, pero cuando ustedes llegaron se vendió la idea de que Saprissa volvía a los saprissistas.
—Saprissa volvió a los saprissistas, pero hay un tema que no se debe confundir. Yo lo dije en su momento: eso de que Saprissa volvió a manos ticas me suena romántico, pero más importante es que esté en manos de un accionista comprometido y que quiera a la institución. Nosotros hemos tomado en cuenta las opiniones de los accionistas y de la afición. Nuestra junta ha tenido directores que no son parte de Horizonte Morado. El proceso con Deloitte, que fue tortuoso y difícil, lo hicimos para decirles a los minoritarios: ¡vean! una firma como esta revisó todos los detalles y emitió una opinión limpia.
—Sabemos que Deloitte no les permitió a ustedes dejar en los estados financieros el valor de la marca (¢4.216 millones en el anterior estado financiero).
—Correcto. Deloitte analizó ese asiento contable que se hizo en 2013, avalado por los auditores anteriores.
—En ese momento parecía un maquillaje al estado financiero.
—Esa palabra no me gusta para nada. Nosotros, con base a un auditor externo y un consultor externo, vimos esa posibilidad. En el momento en que Deloitte hace su auditoría y nos dice que eso no lo ven de la mejor manera, se tomó la decisión inmediata de quitarlo. Aún así, el patrimonio quedó en ¢700 millones y cuando nosotros asumimos era negativo en ¢4.000 millones. Por eso, me alegra, entre tanta especulación, poder ser ahora más abierto: a la deuda, que a una gente le podría parecer alta (¢7.253 millones), se le está haciendo frente sin ningún problema, con una utilidad neta que alcanza para hacerle frente a todos los gastos.
—¿Qué porcentaje queda en manos de quienes hoy conforman Horizonte Morado?
—El mismo: 69%. A raíz de la fusión no está cambiando ese procentaje, pese a que hemos hecho varios aportes de capital.
—Usted y Teletica tienen adicionalmente otro porcentaje (como parte del 30% de los minoritarios).
—Sí. No Teletica, sino una empresa afiliada a Teletica, y yo adquirí otro bloque de acciones, que suman un 10% adicional. Eso habla del compromiso mío con Saprissa y la ilusión que tengo.
—Pero se ha rumorado que Juan Carlos Rojas saldrá de Saprissa.
—Ha habido tanto rumor que a mí me da un poco de cólera, porque el 99% ha sido infundado. Entonces uno piensa que es malicioso, de pronto de los mismos saprissistas y algunos que hasta tienen acciones.
—¿No estuvo pensando en salir?
—Yo he estado apareciendo menos, porque dichosamente el Saprissa ya no es el mismo que el de hace cuatro años, donde el peso de la vocería caía sobre el presidente. Ahora hay una estructura profesional... que por cierto, también una de las críticas que he escuchado es que tenemos una estructura administrativa muy amplia. Lo que alguna gente no quiere entender es que esto es una empresa muy fuerte y muy grande. Tener gente de primer nivel en las áreas financieras y administrativas es lo que hace posible pasar de ¢1.700 millones de ingresos recurrentes a casi ¢6.000 y a una utilidad operativa de 1.200 millones. Nosotros vemos el gasto administrativo como una inversión. Ya no le dedico el 100% de mi tiempo a Saprissa, pero tengo el mismo compromiso y voy a seguir en la presidencia. Cuento con el total respaldo de Horizonte Morado.
—Ahora que habló de una administración grande... Entre las críticas hacia Juan Carlos Rojas aparece su salario. Además del monto ($12.000, según dijo en julio del 2016 el accionista morado Joaquín Aguilar), he escuchado que originalmente su trabajo como presidente era parte de su aporte como accionista, pero que luego se puso ese salario.
—No me gusta hablar de chismes, pero es absolutamente falso. Yo no tengo mayoría en Horizonte Morado. Tengo el 14.3%. Si los socios de Horizonte Morado consideran que estoy haciendo algo incorrecto, tomaría decisiones. Yo no soy el dueño de Horizonte Morado ni de Saprissa; soy accionista. Por mi antojo no me pongo un salario. Yo he aportado mucho dinero. Además, desde que no estoy al 100% con Saprissa, el monto de mi salario, que además no sé de dónde sale, porque nunca hemos publicado eso y hasta me parece de mal gusto... el monto de mi salario bajó sustancialmente. Lo hice de manera voluntaria, porque eso es lo correcto.
—Tres socios salieron de Horizonte Morado y, entiendo, que los demás les compraron las acciones. ¿Había división en Horizonte Morado?
División no. Había diferencias como en cualquier sociedad, pero siempre había bloque muy grande de mayoría que estaba alineado. Algunos socios minoritorios de pronto tenían ideas diferentes.
—¿Qué diferencias?
—No voy a entrar en detalles. Eran manejables. Ahora me complace ser contundente en que Horizonte Morado nunca ha estado tan unido.
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