José Guillermo Ortiz subió al primer equipo de la Liga a inicios del 2013. Venía como el gran goleador del Alajuela Junior, más no llegó en el mejor momento al que en ese entonces era campeón nacional.
Óscar Ramírez dejó el equipo pocos días antes de que se decidiera que Ortiz ya estaba listo para la Primera y al novato le tocó dar sus primeros pasos en un semestre lleno de vaivenes, en el que hubo tres entrenadores y ninguno logró consolidar a la escuadra.
Manuel Keosseian le tuvo confianza y el joven de la cantera tuvo sus mejores opciones en un equipo que solo tenía a Jerry Palacios como garantía en delantera.
Oriundo de Upala, de 21 años, Ortiz da una imagen de muchacho tímido y humilde. En el Verano que jugó bajo las ordenes del charrúa a los erizos no les fue bien y él no fue la excepción.
Mostró velocidad, fuerza y, sobretodo, arrojo. No tenía ni la técnica ni la puntería pulidas, pero se le veía futuro al canterano.
Volvió Óscar y la estabilidad en las tiendas rojinegras. Eso es bueno para un joven pero requiere paciencia. Con Machillo se aprende mucho pero las opciones son pocas, el técnico no suele exponer irresponsablemente a los futbolistas.
Una vez Ramírez explicó que él a los novatos no los deja desmayar. Tanto Ortiz, como Steve Garita o Rónald Matarrita, deben tener presente que ellos podrían ser titulares en la final si se les ocupa.
Y no es mentira. El estratega mostró confianza en Ortiz al meterlo de cambio en las semifinales, ante Saprissa, y la final, ante el equipo Herediano.
Aunque el Invierno tampoco fue un gran torneo. No anotó en siete partidos, todos de suplente.
Pero todo ha cambiado muy rápido en este semestre. José Guillermo aprovechó la rotación y ya marcó cinco goles en cuatro partidos.
Es muy pronto para adivinar el futuro de Ortiz, pero ya ha mostrado capacidad y entrega para seguir mejorando torneo a torneo.