Jonathan McDonald le devolvió al león los goles, pero principalmente la vida.
El delantero asegura que algunos sectores dieron por muerto al equipo antes de tiempo y aunque considera que todavía no se ha ganado nada, señala que el equipo erizo está acostumbrado a luchar en el camino de la adversidad.
“Seguimos en la lucha por la clasificación. Cuando en la Liga las cosas van mal por lo mínimo, nos atacan, nos critican por aquí y por allá, pero no pasa nada, vivimos con eso. Vamos con nuestra lucha contra todo y contra todos”, señaló el ariete.
El goleador erizo, que con su doblete de ayer llegó a 11 goles en el Verano, hizo hincapié en que el camerino está fuerte y que el gane ante Limón es de vital importancia. Primero, porque salir con tres puntos del Caribe es difícil; el equipo de Ramírez solo lo hizo en el Invierno 2014. Y segundo, para liberar un poco de tensión.
“Ganamos la primera de tres finales, nos quedan dos y son en casa. Debemos volver a hacer del Morera Soto nuestra fortaleza y ganar lo que nos queda para cerrar bien”, dijo Mac.
Un oído en PZ. Alajuelense depende de sí mismo para obtener su pase a semifinales.
Las derrotas de ayer del Uruguay de Coronado, el Cartaginés y el Municipal de Pérez Zeledón dejan a los rojinegros a solo tres puntos de sellar su boleto. No obstante, el hecho de estar empatados en puntos con los Guerreros del Sur los obliga a estar atentos a lo que pase con ellos.
El volante Pablo Gabas considera que, según las circunstancias, podrían jugar la última fecha con un “oído en lo que haga Pérez Zeledón” en su partido ante el equipo aurinegro en casa.
“Es así, nosotros tenemos que hacer lo nuestro y ganar, que es lo que debemos hacer, pero siempre atentos a qué pase con Pérez Zeledón. Si no estoy mal, nos benefician los goles, pero no podemos relajarnos”, advirtió Gabas.
En la casa eriza prefieren no pestañear; el juego del próximo martes ante el Herediano es visto como una antesala de lo que sería una semifinal.
Alajuelense levanta la mano y anuncia que no está muerta.