Heredia. Herediano ya no afloja en este Torneo de Verano 2014 . Ya no frena. No quiere y no puede. En las últimas semanas, luego de la sacudida que le dieron dos amargos empates, agarró tan buena forma, que lo único que sucede es que, juego tras juego, el líder es más líder.
Ahora fue el turno de Limón FC de sufrir ese buen momento.
Porque los caribeños lo intentaron, pero su resistencia apenas duró. Solamente aguantaron 15 minutos con su arco en cero.
Pero es que qué difícil resulta sobrevivir intacto ante un equipo con tantas armas en ataque como el rojiamarillo.
Si no son sus mortíferos delanteros, son sus punzantes mediocampistas. Y si no, todavía les quedan sus técnicos defensas. Es tanto el empuje del Team (cualitativa y cuantitativamente) que cualquiera pueda llegar a anotar.
En esta ocasión fue Yendrick Ruiz, miembro del primero de los bloques mencionados.
El atacante definió en el área pequeña, luego de que Verny Scott llegara hasta línea de fondo y enviara el siempre eficiente “pase de la muerte”. No obstante, todo sucedió con la colaboración de Lemark Hernández, quien calculó mal la pelota que cayó en pies de Scott.
El balón entró muy despacio, pues pegó en el arquero Román Arrieta. Su ingreso fue tan lento y cruel que poco faltó para captar con claridad los gestos de sufrimiento de cada uno de los futbolistas limonenses en la cancha.
Empero, con solo el del capitán de la Tromba , Ricardo Harris, fue suficiente. Frustración y desazón total en su rostro. Como que sabía que ahí mismo se les escapaba el juego. Como que sabía que ahí mismo se quebraba la imagen de triunfo que todo futbolista se graba en su cabeza el día antes de un partido.
Ya con uno adentro, nada más sería cuestión de tiempo para que se engrosara la diferencia en el marcador. Efectivamente así pasó.
Víctor Núñez, que no se cansa de anotar, más allá de que ya contabilice 206 en la Primera División costarricense, aprovechó un rebote de Arrieta para el 2-0 (36’).
Además, fue una especie de chilena, lo que también le aportó a la buena sensación con la que se fueron a su casa los feligreses florenses que llegaron al estadio.
Eso sí, que no se malentienda, Limón no dejó de luchar. No fue que bajó los brazos y se rindió esperando el pitazo final.
Con valentía y dentro de sus posibilidades siguió peleando, lo que hizo que el duelo no dejara de ser entrenido, más allá de que todos sabían que estaba definido.
Hasta tuvo un par de dizque opciones de descontar, por medio de Mayron George y Joseph Centeno. Empero, la pizarra final revela el desenlace de dichas jugadas.
Ya en el segundo tiempo, principalmente en el cierre, la gente insistió en la goleada; no obstante, la visita dijo que dos eran suficientes. No concedió más. De igual manera, el 2-0 bastaba para que el Team estirara la ventaja en la cima.