El Club Sport Herediano y Liga Deportiva Alajuelense arrancan esta tarde, en el estadio Eladio Rosabal Cordero, la que será la sexta serie final entre ambos durante los últimos cuatro años.
Aunque agónicas, todas las cinco anteriores se han teñido de un solo color: rojinegro.
Serie tras serie, los florenses han tenido que resignarse con ver las caras triunfantes de los dirigidos por Óscar Ramírez, luego de cuatro finales y una semifinal.
Aún cuando el Team ha sido merecedor de la victoria, el Machillo ha encontrado la manera de salirse con la suya y hundir más la daga en la espalda rojiamarilla.
Es una paternidad con todas sus letras, aunque en el cuartel herediano todavía hay quienes se resisten en reconocer al conjunto manudo como su ‘bestia negra’.
Pues el destino se ha empeñado en ponerlos otra vez cara a cara en una serie a muerte súbita.
La semifinal del Torneo de Invierno puede ser la vencida para que Herediano se quite de encima esa hegemonía o para que la Liga les haga la sexta herida.
Mas en el club florense tienen claro que por esos antecedentes, la reestructuración que vive el equipo y la ventaja deportiva que los obliga a ganar al menos un juego, la serie arranca cuesta arriba.
A su favor tienen la experiencia: la mayoría de los 43 jugadores que han estado en las series ante la Liga, continúan hoy en el club, y algo han aprendido de los golpes.
Eso lo sabe el técnico florense César Eduardo Méndez, que, aunque recién llegado, apela a la inteligencia emocional de los jugadores para sacar la empresa adelante.
“El ser humano sabe que si tuvo experiencias que no son buenas, que no le permitieron alcanzar un objetivo, deben reconocer las cosas que no le favorecieron antes, que no le dieron el resultado esperado, y si hubo errores, que no se repitan ahora”, afirmó el uruguayo.
En la acera del frente no hay experiencias amargas; mejor aún, los erizos llegan con más fogueados, sin bajas y armados con una ventaja deportiva a la que ya le sacaron partido en el último torneo.
Aún así, Ramírez prefiere guardarla entre sus habitual lote de cartas escondidas, esas que han inclinado tantas series a su favor.
“Los detalles podrían marcar la diferencia. La ventaja deportiva es un recurso que, de acuerdo a las circunstancias, se puede usar, pero cada uno arranca pensando en ganar la serie, sin necesidad de recurrir a ella”, aclaró el Machillo. Colaboraron Francisco Barrantes y Gerardo Coto Cover.