Hasta el propio Jonathan McDonald se siente culpable del nuevo traspié de Alajuelense

Jonathan McDonald estaba dispuesto a despedirse del Apertura 2017 con un triplete ante Limón, porque insiste en que le da vergüenza ver a la Liga fuera de la cuadrangular y que él mismo se siente culpable.

Si lo conseguía, también le permitía llegar a las 100 anotaciones en la Primera División y distanciarse un poco más de sus perseguidores en la lucha por el goleo en este torneo.

El atacante salió en busca de su objetivo.

Anotó en el 10′ y en el 15′ acertó en un lanzamiento de penal, dándole vuelta al marcador, porque Limón había marcado en el 8′.

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En el descanso, Wílmer López giró dos instrucciones: le pidió a sus hombres asegurar el partido y que entre todos ayudaran a que Mac llegara a los 100 goles.

Pero una acción muy lejos del área echó a perder esos planes.

Jemark Hernández ingresó en el 53′ y le cometió una falta a McDonald que lo obligó a abandonar la cancha en el 61′.

Bryan Jiménez anotó en el 85' y el propio Jemark marcó en el 92' el 3-2 con el que Alajuelense y Limón se despidieron del campeonato.

“Él se disculpó, me dijo que él se resbala y que fue sin intención la jugada, pero en el medio campo y la bola arriba, no creo que sea zona de peligro para una entrada tan fuerte, me sacó del juego y no pude tratar de concretar el gol 100 que era la meta”, apuntó el delantero.

Él intentó seguir en el partido, pero renqueaba y evidenciaba dolor.

McDonald salió en camilla, con un sentimiento de impotencia y frustración porque él iba por ese triplete y porque al final, cerró el torneo con 15 goles.

Cañoneros del Apertura 2017

En ese instante lo reconfortó escuchar cómo los aficionados lo despidieron con aplausos, como recompensa por su entrega, coraje y goles durante el semestre.

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“Lo que más me duele es que la Liga quedara fuera otra vez, tratamos por todos los medios de que eso no pasara, en lo personal me cuesta hablar de mi papel, de mi desenvolvimiento. Yo creo que es un punto positivo para mí, pero quisiera estar entre los cuatro y quisiera cambiar los 15 goles por estar en la cuadrangular con la Liga y pelear el título”, afirmó.

A pesar de que el propio Wílmer López dice que McDonald fue el mejor hombre de Alajuelense en el torneo, eso no lo hace evadir responsabilidades y él se incluye en el saco.

“No puedo decir que me salvé yo y que es culpa de otros, es culpa de todos, es culpa mía también, de los que se fueron, de los que estamos y de los que vamos a seguir. Estoy contento por mi papel, por mi desenvolvimiento personal y la clave siento yo que fue el empuje que me dieron mis compañeros a lo largo del torneo”.

Reveló que en esos 15 goles que marcó, el cuerpo técnico liderato por el Pato tuvo mucha injerencia.

“Wílmer siempre fue enfático conmigo de que era uno de los referentes del equipo y que si yo entrenaba bien, el equipo entrenaba bien; que si yo entrenaba mal, el equipo bajaba el nivel del entrenamiento. Igual en los juegos, si yo entraba un poco tranquilo, relajado, despreocupado, el equipo se veía así y yo creo que es una responsabilidad muy grande y sabía que no podía relajarme un solo segundo”.

Esta vez él no es visto como el problema, como uno de los primeros en lista para irse, a como ocurría antes y en este momento sabe que no se equivocó cuando limó asperezas con la Liga, después de que el equipo lo había declarado transferible y que fue José Giacone quien lo defendió a capa y espada y lo mantuvo en Alajuelense.

“Cuando se lleva a una institución en el corazón, siempre trata de dar un poco más, lo entendí después de lo último que pasó, ahí sí no querían ni ellos que volviera ni yo volver, tuve mucho tiempo para pensar, para conversar con mi papá, cosas de las que hablábamos era que ese sentimiento te hacía barrerte más, tirarte más, luchar más, pelear más y que otros tal vez que no era por eso, sino por plata o por no sé qué, que estaban en la Liga, no lo hacían”, citó.

McDonald entró en razón, volvió a disfrutar el fútbol y mostró su mejor cara.

“Yo empecé a entender eso y controlar las emociones, porque soy un aficionado más que está dentro de la cancha que trata de defender los colores como ellos quisieran. Yo también perdí campeonatos en la grada, vi campeonatos ganados, vi clásicos ganados, perdidos, entonces sé el sentimiento del aficionado, de los que vienen al estadio”.

Durante el torneo, la tónica fue la misma.

Por un lado sentía que no había jugado mal, pero los malos resultados se traían abajo esa ligera satisfacción y más bien le quitaban el sueño cada vez que había partido.

“Mi familia es un pilar fundamental, en un mal momento, en un mal rato, ellos son los que me alientan, mi papá ha estado conmigo hasta la 1 a. m., o 2 a. m., no soltándome para que no me caiga anímicamente y eso se lo tengo que agradecer, son cosas que pasan en lo privado, en nuestra casa, igual que mi esposa, mi hija, mi hijo y mis hermanos”.

En un año, Jonathan tuvo dos torneos regulares en cuanto a entrega y fútbol, pero él sabe que a los delanteros los miden por producción en las redes.

En el Verano 2017 solo hizo dos tantos y este Apertura lo cerró con 15.

“Lo de los goles significa mucho, tal vez en el torneo pasado no pasaba un momento bueno en cuanto a confianza, habían muchas cosas de lo mismo que hablaba antes, que me pasaba que por caminar una milla extra me salía mucho de la posición y eso me costó perder partidos por no anotar. Ahora me devolvieron a la posición en la que me gusta estar y eso es importante para mí”, acotó.

El sábado pasado, McDonald estaba contento porque había alcanzado a Wílmer López en el goleo histórico de la Liga; pero antes de culminar el torneo, también lo pasó.

El Pato quedó en 80 anotaciones y McDonald alcanzó 82 conquistas con los rojinegros.

Romperredes históricos de Alajuelense