La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) se pondría una flor en el ojal si aprovecha la Copa del Mundo Rusia 2018 para rendirle un más que merecido homenaje de despedida al gran arquero italiano Gianluigi Buffon.
Se trata de un jugador legendario, un gigante, un fuera de serie que ha dejado huella en este hermoso deporte a lo largo de una destacada carrera de 22 años; los primeros seis con el Parma F. C. y los 16 restantes con la Juventus de Turín, club con el que ha ganado 17 títulos en la tierra de la pizza y la pasta.
Además, ha sido el portero de la selección azzurra en cuatro Eurocopas y ha estado presente en los anteriores cinco mundiales: Francia 1998 —como guardameta suplente de Gianluca Pagliuca—, Corea-Japón 2002, Alemania 2006 —donde los tútiles campeonizaron—, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
Y eso no es todo. La Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol lo ha declarado mejor cancerbero del planeta en cuatro ocasiones, organización que también lo honró con el título de “Mejor Portero del Mundo de la Primera Década del Siglo XXI”.
Esto solo para mencionar algunas de las muchas distinciones que se ha ganado este inteligente, habilidoso y sagaz guardameta de 39 años que ha destacado por practicar una conducta deportiva que tanto pregona la FIFA: el fair play.
Cierto que una Copa del Mundo no será lo mismo sin Italia, pero en mi opinión pesará aún más la ausencia del carismático Buffon; muchos aficionados lo echaremos de menos cada vez que las cámaras de televisión de Rusia 2018 enfoquen un remate a marco, un tiro libre o uno de esquina, un cobro de penal, un balón globeado al área chica, un cara a cara entre un delantero y el celoso guardián de los tres tubos.
Entre el 14 de junio y el 15 de julio próximos Gianluigi estará presente en la mente de millones de fanáticos cada vez que un arquero vuele y evite de manera espectacular que una bola traspase la línea de sentencia.
De los dirigentes de la FIFA y los organizadores del Mundial que se avecina depende que esa fiesta del fútbol sea además el marco perfecto para la despedida del gran “Gigi” Buffon. Resultaría emocionante, justo y satisfactorio verlo salir por la puerta grande.
Como canta el también gigante Joan Manuel Serrat: “Sería todo un detalle, todo un síntoma de urbanidad”.