Limón. Cuando Fallas llegó al banquillo de Limón, asumió el mando de un barco que hacía agua: salarios atrasados, la moral por los suelos y una sombra del descenso que acechó al equipo en toda la temporada anterior.
Los del Atlántico quedaron en el penúltimo lugar en el torneo anterior, de los últimos diez partidos solo ganaron uno.
Fallas, consciente de la situación, lo primero que hizo al llegar al camerino del Caribe fue reunir a los jugadores y admitir que él no tenía la pomada canaria para salvar a la Tromba.
Más bien, la permanencia de Limón dependía de los mismos jugadores y de cómo cada uno se entregara en la gramilla.
“Si hay algo que yo no negocio es la actitud, si hay un jugador que no se está esforzando lo sacó, no importa si es el minuto uno”, destacó Fallas.
Al principio del torneo, todos los pronósticos apuntaban que los caribeños lucharían por el no descenso; sin embargo, la situación cambió, relativamente, aún siguen sin paga pero juegan bien y en vez del descenso los limonenses aspirar a la clasificación.
“Nosotros atinamos con la contratación de Fallas, es un técnico joven que entiende muy bien al jugador caribeño”, destacó Lindell Rouse, vicepresidente de Limón F. C.
Por su parte, los jugadores limones concuerdan en que el planteamiento de Fallas le dio una nueva cara al cuadro caribeño.
“A él le gusta hablar las cosas, es un maestro del convencimiento, además, nos recordó que a Limón le costó 12 años volver a Primera División”, comentó el jugador limonense Delbert Cameron.
Trayectoria. Fallas rompe con el molde del resto de los entrenadores de la categoría mayor, pues nunca jugó como profesional.
Sin embargo, su pasión siempre fue dirigir. Inició con equipos de Linafa, no se conformó y buscó su licencia en Europa.
Con un salario de profesor de educación física pidió un préstamo de cinco millones de colones para sacar su licencia de entrenador UEFA en España.
“Aún no termino de pagar el préstamo, pero nunca lo dudé porque sabía que esto era lo mío”, comentó orgullosamente Fallas.
En Costa Rica fue asistente de Marvin Solano cuando este dirigía Barrio México, luego tuvo su primera oportunidad como entrenador en Puntarenas F. C.
Debido al bajo rendimiento salió del equipo chuchequero y luego llegó a Limón F. C.