Heredia. Dos rostros muy distintos desfilaron anoche por los banquillos del Rosabal Cordero. Uno, el exitoso: un Marvin Solano al que la vida le dio una nueva oportunidad y su primera final.
El otro, el del fracaso: un Odir Jacques que bien pudo haber cerrado su última puerta en el balompié que tanto triunfo le dio.
Un año álgido. ¿Dónde estaba Marvin Solano hace un año? Recuperándose de un infarto y levantando el ánimo de San Carlos.
Ahora Solano alcanza la final en su primer intento, pues nunca había dirigido a algún equipo en las instancias finales.
Lo más cerca que estuvo es cuando manejaba Barrio México y se clasificó en el Invierno 2010.
Mas el equipo canela no pudo jugar por problemas administrativos y el marcador global de los cuartos de final quedó en un amargo 6-0, ante Santos, sin que rodara la bola por el césped.
El 2012 fue más que turbulento. A inicios de ese año Marvin sufrió la afección cardiaca, un tremendo susto que le cambió su estilo de vida. En setiembre abandonaba San Carlos, que ya estaba encaminado al descenso.
Pero la vida da más de una oportunidad y en algún momento la fortuna sonríe, para todos...
Solano llega a la final y no con cualquier equipo, sino con un Herediano al que convirtió en una máquina de hacer goles.
El estratega tomó al Herediano el 20 de febrero, cuando estaba en el décimo lugar y la clasificación se veía comprometida.
Tres meses después, bajo su mando, el Team ha ganado 13 partidos, empatado cuatro y perdido solo tres, para un impresionante rendimiento del 80%.
El ocaso de una carrera. ¿Dónde estaba Odir Jacques hace un año? Preparando la final del Verano 2012, misma que ganó al frente del Team, poniendo fin así a una sequía de 19 años sin títulos.
A sus 67 años, Jacques está cerca de retirarse del futbol, otra vez...
Se jugaba su prestigio con Pérez y salió mancillado. No ganó ninguno de los cuatro partidos que dirigió y acumuló 12 fechas consecutivas sin ganar en Primera División.
Si anoche fue la despedida de Odir del futbol, no pudo haber sido en un mejor escenario que en la cancha de su querido Herediano, club que le debe cuatro títulos al nacido en Río de Janeiro y nacionalizado costarricense.