Tres clubes costarricenses, dos mexicanos, uno estadounidense, uno canadiense y uno hondureño... Nunca antes la Concachampions pintó tan costarricense y nunca antes existió una oportunidad tan clara para romper con el unísono azteca de una década.
La misión de Herediano,Saprissa y Alajuelense luce posible, mas no deja de ser tremenda. Es sobrepasar los millones –en estrellas e infraestructura– con los que cuentan los clubes más grandes de la región, dueños de nueve de los últimos campeonatos y protagonistas de todas las finales: desde el título morado en 2005 (la primera vez que se jugó el Mundial de Clubes en su formato actual) siempre ha habido un mexicano luchando en la final.
Siete de esas 10 finales se disputaron entre dos mexicanos.
En contraste, en los años 90 cinco finales tuvieron a nacionales como protagonistas y en 2004 la Liga y la S disputaron la única final netamente tica en el torneo regional, que fue creado en 1962.
El parteaguas es ese cotizado boleto mundialista, que atrae la atención de los clubes mexicanos y los motiva a tomar con mayor seriedad el certamen.
Detener el dominio. La cronología reciente refleja un cambio en Concacaf a favor de los ticos.
En las primeras cinco ediciones de la Liga de Campeones de Concacaf, creada en 2008 para emular –a miles de kilómetros de distancia– a la Champions League europea, los ticos sufrieron paliza tras paliza ante los aztecas. Fueron siete series en las que los mexicanos siempre sacaron ventaja y siempre clasificaron.
Eso, hasta el Aztecazo manudo de 2013 –0-1 favorable a la Liga–, que representó la primera victoria costarricense en suelo azteca en esta Concachampions .
Empero, ese Alajuelense siempre acabó hincado en México, contra Toluca en semifinales.
En esta edición la historia es otra. Ya dos equipos mexicanos mordieron el polvo ante los ticos: la Liga se deshizo del Cruz Azul con dos empates y Herediano derrotó en el Rosabal Cordero al León para pasar a la siguiente fase. Saprissa tiene la misión de hacer lo mismo con el América.
“Que mayor ejemplo para todos los ticos que la Selección Nacional, que jugó contra potencias mundiales y demostró que con orden, con ganas, con esfuerzo, uno puede superar las diferencias”, comentó el lunes el portero saprissista Danny Carvajal.
Varios factores se han mezclado para que los costarricenses ahora sí le planteen cara a los poderosos clubes mexicanos. La mentalidad, el roce internacional de los jugadores al estar participando constantemente en la Conacacaf y la progresión táctica de los entrenadores nacionales, son algunos de esos cambios.
Muestra de las lecciones aprendidas, es que en la Liga, 10 de los 11 titulares que cayeron goleados, 5-0, hace dos años y medio en la casa del Tigres siguen en la institución, y ahora conforman la columna vertebral del equipo que ganó en el Azteca y eliminó al Cruz Azul en la presente edición.
El entrenador, Óscar Ramírez, también aprendió de esos tragos amargos cuando los cuartos de final parecían imposibles.
Además, ha mejorado la forma de enfrentar el certamen. Equipos como Alajuelense, Herediano y Saprissa planifican la temporada con atención en los partidos internacionales, los toman como finales y buscan alcanzar niveles óptimos de rendimiento para esas fechas especiales.
En conjunto, esta parece una buena edición para evitar que la gesta morada de hace una década en el Mundial quedé como una curiosidad del fútbol.