Juan Bustos Golobio se escucha ecuánime, su tono de voz no es desesperado, tampoco desesperanzado. El jueves el volante se sometió a una operación para quitarle una platina de su tobillo izquierdo y estará, al menos, tres semanas de baja.
El carácter de este guanacasteco nació de la adversidad, creció de la necesidad de sentirse bien ante el golpe más duro que le pueden dar a un joven de 14 años,
El pequeño Juan, diferente al que hoy da la entrevista, perdió a su mamá, Bibiana Golobio, cuando todavía ni siquiera era mayor de edad... Ante ese golpe, cualquier otro que le dé la vida parece un simple rasguño.
"Yo ya pasé por donde asustan, fue durísimo para mí porque perdí a mi mamá a los 14 años, desde ahí yo prometí que iba a alcanzar mis metas, desde eso nada me va a destruir porque ¿qué va a ser más fuerte que eso? Nada va a ser más fuerte que eso. Ahora sé que estas cosas (las lesiones) suceden, pero al final pasan. Prefiero centrarme en ser una buena persona o que me vean como alguien que da el máximo siempre", relató.
En su adolescencia Golobio no se rindió, por el contrario decidió venir a vivir a San José, aceptar la guía de desconocidos en ese momento como el técnico Edson Soto y la ayuda de familiares de compañeros de divisiones menores para afianzarse en el club morado. También fue seleccionado tico en categoría menor y fue a la Copa del Mundo Sub-20 de Colombia.
Con un historial médico que tiene desde 2010 una ruptura de ligamento cruzado anterior de la pierna izquierda, una fractura en la clavícula, otra ruptura del menisco externo, una ruptura parcial del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y una fractura de tobillo izquierdo, cualquiera pensaría en renunciar, pero Golobio no.
Las lesiones han sido una constante para el futbolista; sin embargo, si algo ha aprendido de esas dolencias es su capacidad para levantarse y afrontarlas de frente, como cuando marca a un rival habilidoso: va seguro y fuerte a la pelota.
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Ahora la dolencia que lo aqueja no es grave, sin embargo acepta que en el pasado se cuestionó por qué una lesión lo frenaba cada vez que mostraba sus condiciones deportivas.
No obstante, la misma vida le enseñó al mundialista juvenil de Colombia 2011 que hay más razones para sonreír que correr tras una pelota, como por ejemplo su pequeño Antonio, de un año, además de que si se enfrenta un problema con positivismo la situación cambia.
"Antes me presionaba más y pensaba porque me pasaban esas cosas en momentos clave. Ahora no cuestiono y solo acepto. Yo voy con la voluntad de Dios, me ha tocado difícil, yo sé que sí, pero estas cosas me ayudan a madurar. Hay gente que comenta cosas para destruir, pero yo sé que vendrán cosas muy buenas y voy a trabajar por alcanzar mi meta. Lo que Dios tenga para mí lo voy a aceptar", dijo.
En el horizonte de su pensamiento, el jugador de 25 años tiene muy clara la meta por la que lucha, pero prefiere reservarla para él hasta que se concrete. "Usted la va a ver cuando se cumpla", confesó entre risas ante la pregunta de cuál era su objetivo.
Su confianza en sí mismo es notoria, sus palabras dan la impresión de que las malas experiencias no lo debilitan, por el contrario alimentan su deseo de superarse y brillar.
"Voy a luchar, a la gente que cree en mí le agradezco mucho, la que no me tiene sin cuidado porque nadie me ayudó a salir de mis adversidades. Yo apenas tengo 25 años y voy a seguir porque quiero estar en una Selección, primero quiero consolidarme en Saprissa, pero ahí voy poco a poco porque precisa", finalizó.
Admiran su actitud
Ese carácter para digerir los tragos amargos es el arma que le alaban a Juan Bustos quienes han trabajado de cerca con él.
Edson Soto, director técnico de Golobio, quien lo trajo de Guanacaste con 15 años para selecciones menores, destacó la actitud del que fuera su pupilo.
"Es un tema muy duro porque es un joven con mucha proyección, siento que él estaría en el cambio generacional de la Selección si no hubiera sufrido tantas lesiones, pero si algo tiene es capacidad para levantarse. Golobio es un muchacho sano y con una mentalidad muy fuerte y eso es trascendental para no decaer", explicó.
Evaristo Coronado, gerente deportivo del Saprissa, lamentó la situación de Juan Bustos y añadió que es un futbolista que está en los planes de la S siempre.
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"Una vez más esperamos que logre salir adelante porque es un jugador agradable para todos los que nos gusta el fútbol, pero el destino no ha estado a su favor y ha sido muy duro para él y para el club porque es un jugador que nosotros necesitamos en el campo", concluyó.
El gran reto del centrocampista para ambos expertos deportivos es dar el salto al exterior. "Por la cuestión de las dolencias pues es difícil, pero con el talento él lo puede lograr", declaró Coronado.
“No será fácil, pero su potencial y lo que él todavía le puede dar a Costa Rica es mucho”, concluyó Soto.