Esta es la visión que tiene Belén en su tercer retorno a la Primera División, tras superar a Cartagena en la final de la Liga de Ascenso y ocupar, a partir del 31 de julio, el espacio dejado por la UCR en la máxima categoría.
Belén tiene dos categorías de fantasmas que lo marcan. El primero es que con la prontitud que se asciende a la Primera, igual regresa a la Segunda. Así lo hizo en sus dos ascensos anteriores.
El segundo tiene que ver con algo más reciente: quedó en desamparo tras la detención del empresario Minor Vargas y, en medio de penurias económicas, labró su historia y llegó a la división de honor.
En 1993 llegó por primera vez a la Primera División, pero volvió a la Segunda en la temporada 1997-98. Retornó en temporada 2003-04 y cayó de nuevo al año siguiente.
Entonces, el objetivo inmediato de este equipo herediano es garantizarse ser integrante permanente de la máxima categoría.
Así lo define con diáfana trasparencia su director técnico actual, Vinicio Alvarado, quien ostenta un récord en el equipo: es el jugador con más partidos en Primera División con la divisa belemita, pues jugó 155 partidos. En otras palabras, es un hombre de la casa.
Pero para lograr este objetivo hay problemas. Además de las complicaciones normales para un equipo recién ascendido, Belén viene de vivir una de sus peores crisis con la detención en Estados Unidos de Vargas Calvo. Esto ocasionó serias penurias económicas, las cuales sorteó con mil sacrificios y logró el ansiado regreso al futbol mayor.
Su actual gerente deportivo, Jorge Sáenz, sostiene que eso es cosa del pasado, que Belén tuvo una excelente pretemporada en Lepanto, Puntarenas (jugó cinco partidos, ganó cuatro contra equipos locales y perdió un quinto, 2-1, ante Cartagena de la Segunda) y que con el regreso a Primera llegaron nuevos patrocinadores que trajeron recursos frescos para hacerle frente con holgura a la Primera División.
Más allá de esto, hay otro escollo. Belén es uno de los cantones más pequeños de Costa Rica (11,81 km²) y están en la cercanía de tres equipos “grandes”: Alajuelense, Saprissa y Herediano.
De esta forma, es complicado disponer de una gran afición, elemento vital para cimentar un equipo sobre bases sólidas.
Para rematar, el Polideportivo de Belén, casa del plantel, apenas tiene capacidad para 3.000 aficionados, que se reducen a unos 2.500 por la disposición de numerar los asientos, por orden de la Unafut.
Así las cosas, Belén tendrá múltiples complicaciones para tener una larga estancia en la Primera División, pero si ascendió en medio de penurias, el reto está bonito.