Enschede, Holanda. Bryan Ruiz trató de sacar algunos trucos de su maletín. Ensayó con gambetas, buscó paredes con sus compañeros y hasta sacó dos taquitos en el primer tiempo.
Sin embargo, el Inter no está para dejar que nadie se luzca. Los defensores visitantes aplicaron una fuerte presión sobre los delanteros del Twente, un sello propio que les permitió ganar la última edición de la Champions .
Ruiz empezó jugando como puntero por la derecha, su demarcación habitual. Sobre la banda puede hacer diagonales y buscar remates a pie cambiado, pues como se sabe es zurdo.
Jugar por ese sector lo llevó a toparse numerosas veces con el argentino Javier Zanetti, capataz de la defensa y dueño de la cinta de capitán, un veterano de 37 años que disputa partidos del más alto voltaje con serenidad y aplomo.
Ruiz también debió batallar contra los dos ejes de la contención en el Inter, Esteban Cambiasso y MacDonald Mariga. Este último tomó el lugar del lesionado rumano Christian Chivu.
El delantero costarricense tuvo mayor margen para maniobrar en la primera etapa. Buscó al venezolano Roberto Rosales, carrilero derecho, para hacer combinaciones que les permitieran superar la asfixia de la presión italiana.
Fue en este lapso donde taconeó la pelota un par de oportunidades, para causar sorpresa, pero como siempre porque ya tenía a los defensas pisándole los talones.
En la segunda parte también pudo lucirse con una “patineta”, esa jugada que consiste en poner un pie sobre la pelota y girar todo el cuerpo para desubicar al rival. El keniano Mariga fue la víctima, aunque finalmente el avance no produjo mayores resultados.
Variante. Para los últimos 25 minutos el entrenador local Michel Preud’homme hizo ajustes en la estructura ofensiva y Ruiz pasó a jugar por el centro y la izquierda.
De acuerdo con los cambios, Luuk de Jong se convirtió en centro delantero, en lugar del austriaco Marc Janko, una torre de casi dos metros. El costarricense pasó entonces al puesto que ocupaba De Jong en la mitad del terreno.
No obstante, desde esa ubicación tampoco tuvo oportunidad de abrir trocha rumbo a la portería del Inter. En dos ocasiones sí hizo movimientos acertados, pero en una el pase de Douglas se quedó muy corto y en otra De Jong se resbaló dentro del área cuando el tico ya se deshacía de las marcas.
A Ruiz no le quedó ninguna oportunidad para rematar con peligro a marco. La única vez que el arquero Julio César recibió un balón suyo fue con las manos: el tico le devolvió la pelota en un saque de banda, como cortesía por un jugador lesionado.