A pesar del buen arranque, usted acude a la prudencia para no echar las campanas al vuelo. ¿Cómo se siente con este inicio?
Uno siempre espera lo mejor en cada situación que emprende, hemos tratado de estabilizar el equipo, darle confianza.. Nosotros tenemos dos torneos: el Verano y la tabla acumulada, no podemos descuidar ninguno. El buen arranque no puede disimular lo que todavía está latente. No hemos querido hablar mucho de lo que es el descenso, ahora el objetivo principal es cuidar el primer lugar.
“El equipo no ha llegado todavía al nivel que nosotros queremos. Entendemos que podemos vivir una situación distinta a la que hemos vivido hasta ahora; ahí es donde tenemos que preparar a los muchachos para que no vuelva ningún recuerdo”.
Usted también hace énfasis en el aspecto sicológico. Me imagino que los 12 juegos sin ganar del torneo pasado dejó una llaga enorme en los jugadores.
No es solo eso. Es también el peso histórico de 72 años, que en momentos clave el equipo se cae. Desde el momento en el que uno pone un pie en la institución se le adhiere todo lo bueno y lo malo. La diferencia es que uno viene con una mentalidad diferente y eso hay que transmitirlo a los muchachos.
“No hay que desconocer la historia, pero sí se puede cambiar lo actual y el futuro. Van a venir momentos en los que no se gane un partido y van decir: 'Otra vez Cartago; otra vez va a pasar lo mismo'. Hay que prepararse para que cuando suceda el equipo se mantenga fuerte.
¿En qué siente que mejoró el equipo desde que usted empezó en el banquillo?
Creo que en la confianza. Decirle a los jugadores que ellos no han perdido sus capacidades futbolísticas, que estaban dormidas, que la presión que había estaba siendo más fuerte. Le hemos dado libertad dentro de un orden, porque los equipos míos tienen que ser ordenados pero no amarrados: una cosa es la disciplina táctica y otra es amarrarlo y decirle ‘usted no se mueve de aquí’.
“Creo que hasta el momento las cosas nos han salido bien. Ahora estamos en las maduras, pero cuando vengan las verdes, ahí veremos que tan preparados están.
Con esta forma de jugar el torneo en el futbol tico ahora las cosas pasan muy rápido; de hecho, este buen momento de Cartaginés es de una semana. ¿Este vértigo puede afectar a sus jugadores?
Mientras nosotros estemos vigilantes no puede suceder. Usted tiene que entender y conocer a cada muchacho. El camerino es sagrado, pero dentro de lo que sí se puede contar, nosotros decimos que tenemos que mantener la humildad y los pies en la tierra. Ahora todo está muy bien, pero tenemos que saber que el equipo tiene que mejorar.
El “callo” que usted ya desarrolló al pasar por la Liga, el Municipal, Herediano, Puntarenas, le permite tener mejor colmillo para un banquillo como el del Cartaginés.
No olvidemos el descenso con Ramonense, cuidado si esa no fue la enseñanza más grande que tuve. Esa sapiencia que le va dando a uno el tiempo la pone al servicio de los muchachos, uno les explica que el camino como jugador y entrenador no ha sido recto, ya que ha tenido que desviarse, devolverse... Tratar de que el camino de ellos sea más directo, menos sufrido, es la labor de cualquiera que esté acá.
La salida de Edder Nelson, ¿no le causó ruido a su trabajo?
Es que yo no tuve ningún problema con él, él fue el que tomó la decisión. Yo creo que por las condiciones que tiene puede jugar del mediocampo hacia adelante. Al principio estuvo de acuerdo, trabajó, se esforzó y de un momento a otro dijo que no. No hubo falta de respeto de ningún lado, ningún enojo.