Cuenta el lateral Orlando Galo que todos los días necesita el despertador para levantarse, pero la emoción de saber que había llegado su gran día hizo que a las 6 a. m. abriera los ojos sin necesidad de la alarma.
Ahí decidió llamar a sus papás, don Orlando y doña Ramona, para que salieran de Jacó y se fueran al Estadio Alejandro Morera Soto a verlo debutar.
Lo que no sabía es que ellos ya tenían decidido ir y entre risas cuentan que tuvieron que devolverse tres veces, porque algo se les olvidaba.
Según el orgulloso papá, eso demuestra que en la casa estaban más nerviosos que este cachorro que ha pasado la mitad de su vida en Alajuelense.
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Con un brillo especial en los ojos, don Orlando Galo recordó que a su retoño siempre le ha gustado el fútbol y que es de esos jugadores ordenados, que desde el día antes alista las espinilleras, los tacos y por momentos, le da la impresión de que su vida completa es el balompié.
"Desde chiquillo ha sido un liguista envenenado, liguista al 100% y ya cumplió su gran sueño de debutar", contó.
Abrazado a sus papás, el carrilero de 16 años apuntó: "Es un día inolvidable, empieza una nueva etapa y hay que trabajar calladito, ir al balón, nada de faltas. Tengo que seguir luchando para conseguir mis metas”, dijo.
Ya logró algo que quería, pero piensa que ahora es cuando tiene que luchar más duro, porque es del criterio que lo difícil no es llegar, sino mantenerse.
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"Tengo metas y quiero cumplirlas poco a poco. Hace cuatro años me recibió una familia de acá de Alajuela, los conozco desde hace ocho años, Pachi es como mi segundo papá porque vivo con ellos, estoy en el colegio y voy logrando mi sueño", manifestó el futbolista.
Y agregó: "El profe Wílmer López es una excelente persona, confía en las ligas menores, él va a los entrenamientos de liga menor, se fija en los muchachos que están dando su máximo esfuerzo y si tiene la oportunidad de traerlos a la Primera, como a nosotros, lo hace para que nos vayamos acoplando".
Entre risas dijo que estaba nervioso, pero en el propio día del debut todo cambió y confesó que se sentía con mucha seguridad.
"Estoy contentísima, qué dicha que mi hijo encontró ángeles en el camino, porque todas las personas de la Liga son como ángeles para él y para mí, mi hijo tiene mucho futuro, pero hay que ir paso a paso", apuntó doña Ramona.
Por su parte, el atacante Jurgens Montenegro dice que el único consejo que le dieron fue que saliera a divertirse.
“Estaba más nervioso por esto, por salir después del partido y tener que atender a la prensa. Creo que mis características son la potencia, rematar a marco y la garra. Me quedó una, la pegué en el palo y yo juraba que entraba”, expresó el delantero, quien es oriundo de Fray Casiano de Puntarenas.
Él tiene un año de pertenecer a la Liga y dice que quien lo descubrió fue Enrique Vásquez, en un partido del Liceo de Chacarita contra Turrúcares.
"Vivo en Alajuela con un señor que se llama Greivin Zamora y todos los días viajo en bus. Ahora tengo que esforzarme más en los entrenamientos para que me sigan tomando en cuenta".
"Mi abuelita tuvo problemas con lo de la tormenta Nate, pero ahí vamos poco a poco. Aquí en la Liga nos ayudaron y ella estaba muy feliz".
El atacante Jonathan McDonald afirma que una de las cosas buenas que tiene Wílmer López es que apuesta por la cantera.
"A él le gusta darle oportunidad a los jóvenes y voy a tratar de ayudarlos en lo más que pueda, dándoles consejos, en los entrenamientos, en ayudarles y en el caso del delantero decirle que en cierta situación podés definir así, haciendo cierto movimiento", mencionó.
Y añadió: "Espero que Jurgens venga con la máxima ilusión y que ponga atención a los mayores, a los buenos consejos que uno le da para que sea más directo el camino hacia las cosas buenas. Aquí necesitamos de todos, de él, que entró unos minutos y pegó esa en el palo y que yo cuando lo vi que entró estaba deseando que él metiera un gol, que eso es importantísimo para un delantero, debutar con gol".