El decomiso de 45 entradas para el partido eliminatorio entre Costa Rica y Estados Unidos fue el cierre inesperado del segundo día de calvario que han vivido miles de aficionados al fútbol.
La acción sorpresiva de la Policía Municipal de San José contra revendedores en las afueras del Estadio Nacional constituyó ayer la primera respuesta tangible de las autoridades tras más de 36 horas de indignación popular.
El camino al Gólgota arrancó desde el domingo pasado, cuando millares de aficionados se mantenían a la expectativa para conocer la hora en que se empezarían a vender las entradas para el partido del 6 de setiembre.
El inicio de la venta, a las 10 a. m. del lunes, desató una tormenta que aún no ha encontrado calma.
Largas filas en los puntos de venta y 200.000 personas intentando ingresar a la página de Specialticket para adquirir una de las 28.000 entradas puestas a la venta, terminaron colapsando el sistema y atizando el enojo popular.
Solo cuatro horas y media después, la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) anunció que todas se habían vendido.
La noticia desencadenó la protesta de miles de aficionados que se quedaron con las manos vacías, mientras unos pocos presumían el tener en sus poder decenas o cientos de tiquetes, cuando se había dicho que solo se venderían cinco por persona.
Ayer, muchos despertaron con la promesa de que sus quejas serían atendidas, pero la desazón no hizo más que aumentar.
Mientras la empresa tiquetera aseguraba que su sistema no había fallado, la Fedefútbol advertía que investigará la existencia de una red que posibilite que las entradas lleguen a los revendedores.
Por su parte, los aficionados mudaron su enojo a redes sociales para pedir que nadie compre reventa a precios superiores a los originales.
“Aquí no podemos permitir que el consumidor tenga que asumir el pago de montos no autorizados, sacar tiempo sin poder lograr adquirir un boleto, simplemente para que otros hagan su negocio”, afirmó la Defensora de los Habitantes, Ofelia Taitelbaum.
Ante la indignación popular, la Defensoría exigió a la Federación explicaciones públicas sobre la forma en la que se manejó la venta de entradas y solicitó la intervención de oficio de la Oficina del Consumidor del Ministerio de Economía.
El secretario ejecutivo de la Fedefútbol, Rafael Vargas, aseguró que, aunque todavía esperaban el informe de SpecialTicket, aplicarán mano dura contra la reventa.
“Algo que debía haber sido una fiesta se convierte en un problema; si tenemos que llevarlos a instancias de proyecto de ley (para penalizar la reventa) es hora de que lo comencemos a conversar con los diputados para ver si podemos resolver esto de una vez por todas”, dijo.
Cynthia Zapata, de la Oficina del Consumidor, explicó que la reventa es considerada comercio ilegal, pues las ganancias no son registradas ante el Ministerio de Hacienda, y aseguró que es responsabilidad de la Federación solicitar a las autoridades que se activen los protocolos para evitarla.
Unas horas después, oficiales de la Policía Municipal cayeron por sorpresa frente al Estadio Nacional para decomisar 45 de las miles de entradas que muchos aseguran no están en manos de aficionados.