Madrid. EFE En muy pocas ocasiones el clásico del futbol español ha sido tan intrascendente como el de Liga que disputarán hoy Real Madrid y Barcelona, a las 9 a. m. (hora de Costa Rica).
El equipo blanco busca la victoria solo por orgullo y para agravar la herida que le abrió a su gran rival el pasado martes en la Copa del Rey, mientras que el Barcelona, líder indiscutible de la Liga con 16 puntos de ventaja sobre el conjunto blanco, confía en devolver el golpe.
El técnico portugués parece haberle tomado la medida al mejor Barcelona de la historia. Con la Liga virtualmente sentenciada a favor del conjunto catalán, optará por las rotaciones en su equipo.
La mente puesta en una nueva final, la que el martes vivirá el Real Madrid en la visita al mítico Old Trafford, con el empate a uno de la ida que le obliga a buscar una hazaña en la Liga de Campeones.
Todo apunta a que jugadores como Raphael Varane, Xabi Alonso, Mesut Özil y Gonzalo Higuaín tendrán descanso y no serán titulares, y que Cristiano Ronaldo, el líder e icono madridista, que lo quiere jugar todo, será titular.
Mourinho podría complacerle y el futbolista portugués intentará ganarle un nuevo pulso a Leo Messi antes de regresar a la que fue su casa en Manchester.
En el capítulo de bajas, por el bando madridista Mourinho sufre dos. La del capitán Iker Casillas en la portería, por lesión, y la de Ángel Di María, sancionado por su expulsión en Riazor, donde recibió dos cartulinas amarillas.
En Barcelona, Lionel Messi, quien el jueves no se entrenó, no se espera que cause baja en el partido a pesar de la ligera fiebre que padeció, según el club, mientras que Xavi Hernández sufre una rotura en el bíceps femoral del muslo derecho y se pierde el clásico. De hecho estará de baja entre 10 y 15 días.