Pitazo final en la Cueva. Cartaginés termina el juego con dos de sus principales hombres en el hospital pero con la satisfacción del deber cumplido y con tres puntos de oro en la bolsa.
Los brumosos sacaron petróleo de Tibás, un paso tan importante que hoy los tiene en zona de clasificación y firmes en la cuarta posición del torneo.
Fue más que una simple victoria para el equipo blanquiazul en el Estadio Saprissa, pues no solo recobró el sueño de las semifinales, sino que también le bajó por completo el ímpetu a un Saprissa que venía con confianza y recuperando puntos en la fase final del campeonato.
El triunfo por 2-3 se gestó con agallas, equilibrio táctico y cabeza fría en minutos de pánico.
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El choque fue bueno entre morados y cartagineses, porque fue de tú a tú y de ida y vuelta desde el primer minuto.
El cuadro de Carlos Watson inquietó de primero, se adueñó del balón e impuso el 1 a 0 en la pizarra por medio del volante Marvin Angulo, gracias a un potente remate desde el costado izquierdo que bañó al meta Alejandro Gómez.
Con el resultado a favor en ocho minutos parecía que Saprissa tendría una mañana tranquila en su casa, pero no fue así.
Con virtud también del banquillo, Cartaginés rápidamente cambió de sistema, varió su línea de cinco por una de cuatro y adelantó a Darío Delgado a la mediacancha, una variante que fue clave y oportuna para los azules.
Delgado le brindó más marca al Cartaginés, le cerró espacios a los creativos morados y la S perdió claridad en ataque.
Aunque hay que ser claros, el empate de Randall Brenes en el minuto 16 llegó en un momento en el que Cartaginés no jugaba bien y apenas entraba en el calor de la mañana tibaseña.
Sin embargo, el tanto de Chiqui le dio confianza, seguridad y convicción para buscar un segundo gol, más aún ante el desconcierto que sufrió la zaga local entre los minutos 15 y 30.
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Y en una gran jugada de Mauricio Castillo y Kevin Vega apareció la sorpresa en el 38’. Entre los dos marearon a la defensa local y el exmorado definió con frialdad ante la salida de Carvajal.
Saprissa se enfrió después del 1-0, mas encontró con Christian Bolaños la paridad con un zurdado cruzado, que resultó imposible para Alejandro Gómez.
Para la segunda parte, la polémica mano de Adolfo Machado –sancionable para unos, drástica para otros– definió el juego.
Randall Brenes engañó a Danny Carvajal desde el manchón blanco y puso cifras definitivas a un encuentro que se vio marcado por la falta de penal que aprovecharon los visitantes y por la poca precisión saprissista a la hora de definir, pues tuvo opciones del 3 a 3, pero careció de puntería.
En el cierre, el cuadro de César Méndez se replegó, no corrió más riesgos y jugó con la desesperación tibaseña. El daño ya estaba hecho. Cartago encontró oro en la Cueva del Monstruo.