Alajuela. La expresión matar dos pájaros de un tiro le viene al pelo al triunfo de Carmelita (1-0): mantiene las velas encendidas por una clasificación a las semifinales y las angustias de pensar en el descenso parecen ya no ser de su incumbencia.
El tanto de Adrián Marrero tuvo la virtud de ser un doble premio para la barriada alajuelense; sume, además, a Limón en los bajos fondos de la tabla.
Malas horas para los verdes, cuyo ímpetu del arranque se diluyó en falta de pegada en el arribo al área, una constante de este equipo en este Verano.
Aquellos primeros minutos no cuajaron en peligro, o al menos una insinuación contra la valla defendida por Marco Madrigal.
El esfuerzo liderado por Andrey Francis, sobre todo por el costado derecho, no recogió frutos.
La mejor oportunidad de la visita en la inicial corrió por cuenta de Mayron George, cuando transcurría media hora, en un remate de media vuelta que se fue arriba por muy poco.
Para entonces, los carmelos se habían asentado en el campo, ya que empezaron inciertos el partido: como ante la Liga, el sábado anterior, el equipo de la barriada alajuelense empezó con las revoluciones bajas; esta vez, no fueron castigados con severidad.
Las llegadas verdolagas –con técnico debutante en el banquillo, Luis Torres– fueron más peligrosas y estuvieron muy cerca de abrir los números a su favor.
Un remate de Alejandro Aguilar, al poste, y otro de Adrián Marrero, desde fuera del área y con el meta Erick Sánchez descolocado, pudieron cambiar la historia de estos primeros 45 minutos.
Carmelita intentó aprovechar que Sánchez no dio muestras de seguridad e intentó los disparos de la media distancia..., con la mirilla desajustada: ni uno por dentro.
Fue apenas en el reinicio del choque cuando los carmelos enchufaron los circuitos correctos con la bola al piso: el pase de Diego País encontró libre a Marrero por la derecha y este cruzó al “palo largo” de Sánchez para sentenciar el tanto local (52’).
Aquel gol despertó a los caribeños, quienes se fueron con mucho corazón a enderezar el asunto.
En una de ellas, el portero Madrigal sacó in extremis un “arrollado” de uno de sus defensores; en otra, un error en la salida de la zaga dejó a Mayron George íngrimo frente a Madrigal pero..., le quiso pegar con tantas ganas que le mandó un “confite”.
Terminó Limón con tres saques de esquina consecutivos en tiempo de descuento, en busca de un gol que permitiera, al menos, control de daños. No hubo tal y Carmelita pudo respirar.