Carlos Saucedo se convirtió el lunes en el delantero extranjero número 25 que Saprissa ficha desde 1963, una larga y variada lista en la que son muchos los fracasos y muy pocos los aciertos.
Él, el primer boliviano en firmar con la S, tendrá la difícil misión de triunfar en una posición donde la mayoría de sus antecesores fallaron: algunos por falta de condiciones, unos pocos por falta de suerte.
Con la llegada del uruguayo Ademar Saccone hace ya 51 años, los tibaseños abrieron una historia de fichajes que promovió el desfile de un sinnúmero de figuras; de todos ellos, eso sí, solo cuatro lograron dejar huella en el saprissismo.
Odir Jacques (Brasil), Miguel Ángel Mansilla (Uruguay), Adonis Hilario (Brasil) y el recordado Adrián Mahía (Argentina) son los únicos que cumplieron con la no siempre certera promesa de goles.
El primero, quien hizo de Costa Rica su tierra, dejó 49 celebraciones en la retina de la afición luego de 81 partidos en los dos períodos que vistió la morada, ambos allá por la década de los 70.
Mansilla (q.d.D.g) se despidió con 34 tantos en 73 presentaciones, 25 de ellos en la temporada del 77, aquella donde un gol suyo selló el mítico hexacampeonato y de paso lo consagró como goleador nacional para esa campaña.
Hilario, quien también recorre aún las calles josefinas, alcanzó un balance de 63 goles en 158 juegos, una estadística que se reforzó con un nivel que lo mantuvo ligado a la institución cinco temporadas.
Y, finalmente, está Mahía, aquel argentino de finísimo olfato que luego de tres temporadas y 98 partidos alcanzó las 47 dianas, haciéndose así un lugar como el último delantero extranjero foráneo que de verdad “la pegó” con Saprissa.
Una historia de escasez. Si conseguir un delantero eficaz es una suerte para la mayoría de los equipos del orbe, en Saprissa la historia le da a eso tintes de hazaña.
Por ejemplo, Jacques y Mansilla compartieron la misma época, pero hubo que esperar 10 años para que llegara Hilario con sus goles.
Mahía apareció tres años después, y desde él, el saprissismo no ha encontrado un reemplazo afuera con ese talento rompe redes.
“Para mí el problema es la escogencia, se escucha más al agente de lo que se ve al jugador. Pero hay también mucha cosa qué entender de un equipo grande, en Saprissa la camiseta pesa mucho, la exigencia de la afición es inmensa, todo eso juega”, afirmó Odir Jacques.
En ese largo caminar algunas pocas veces la S sí dio con el talento que buscaba, solo que tuvo que ver cómo se explotaba en otros clubes, como fue el caso de Mario Orta (quien sí brilló en Herediano) o el mismo Víctor Núñez, goleador en cada una de sus paradas.
“Mambo siento que no tuvo mucha oportunidad, otros nada más no lo logran, no se adaptan, pero de eso está lleno el fútbol. Lo que sí está claro es que en el recuento de ellos han sido más fracasos que éxitos”, añadió el brasileño.
Jacques, finalmente, desistió de aconsejar a Carlos Saucedo en su recién iniciada aventura.
“Es un profesional, un goleador, un seleccionado. ¿Qué le voy a decir? nada más que trate de cumplir con la expectativa que trae”.