Punta Islita, Nandayure. Hace un año Cristhian Lagos llegó a Saprissa por la puerta grande, con el cartel de goleador al hombro y la confianza de un jugador que a punta de sudor logró hacerse un nombre en el fútbol nacional.
También fue uno de los fichajes estrellas de la institución. Pero hoy, seis meses después, el delantero está en una encrucijada: cambiar su estilo o calentar el banquillo.
En un equipo que encontró en la velocidad y el toque su mejor fútbol, el estilo de Lagos no encaja, eso lo sabe y replica cada rincón de la gradería y él mismo lo tiene claro, pero para solucionarlo hará lo que el atacante mejor sabe: aprender.
“Hay que adaptarse al sistema de Rónald (González), que le gusta más la velocidad, tengo que tratar de ponerme al tope para lo que él quiere y para eso trabajo, para eso estoy aquí, para adaptarme lo más rápido que pueda al estilo y ojalá muy pronto serle útil al equipo y ser el goleador que siempre he sido”, dijo con confianza el ariete.
Para creerle hay razones de sobra, porque llegar a los dos equipos más tradicionales del país y a la Selección Nacional sin ningún tipo de formación solo se puede explicar con eso: ganas y talento.
“Yo siempre he dicho que soy un jugador que atiende mucho a lo que me dicen. Randall Row me dijo que tenía que practicar más la técnica y esas cosas y eso para mí es importante, ver que quieran que uno aprenda porque siempre he dejado claro que yo no tuve ligas menores, a mí todo me ha costado.
”Siempre he tenido que adaptarme rápidamente a cada una de las cosas que los entrenadores me han pedido y poco a poco lo he logrado, siempre lo hago rápido y ahora lo que queda es eso y ojalá que a principio de campeonato pueda ser titular”, dijo esperanzado.
Difícil. Sin embargo, meter la estatura y juego de Lagos en el perfil de hombres como Josué Martínez, Ariel Rodríguez o Daniel Colindres, por ejemplo, más que difícil casi podría pensarse imposible.
Lagos también lo sabe, pero confía en que ese amplio margen de crecimiento que ha demostrado en estos años tenga todavía espacio para una faceta más.
También tiene claro que si la dirigencia o el cuerpo técnico no confiaran en sus condiciones posiblemente ya no estaría en la institución y ese es otro motivo para no renunciar al sueño de ser goleador “con uno de los grandes”.
“Arrepentirme de este paso nunca, fui el goleador de Saprissa junto con Ariel (Rodríguez) e hice como siete asistencias en mi primer torneo, ahora la meta claramente es superar todo eso”, finalizó.