Apostar por un partido de futbol no es ilegal, lo que sí es delito es arreglar para que el juego tenga un resultado más allá de la naturaleza propia del deporte.
Hay casas de apuestas establecidas, como Bet365, Betfair, Bwin y Miapuesta, que generan unos 4.500 millones de euros anuales.
Pero también existen gran cantidad de empresas, especialmente en Asia y concretamente en China, que se dedican a realizar apuestas ilegales, las cuales mueven 2.500 millones de euros.
El modus operandi de estas últimas es complicado, dado que se conoce poco de ellas precisamente por ser clandestinas.
Sin embargo, hay algunos indicios: no importa el partido, siempre y cuando lo transmitan por Internet, se puede apostar por el marcador final (en estos casos el monto de la ganancia es más bajo) y por incidencias durante el cotejo (hay mayor cantidad de dinero en juego).
Otra característica es que hay algún contacto al interior del juego. Los dueños de las casas contactan a un jugador o al árbitro (o ambos) para arreglar el resultado.
Pero también para que haya (o no) incidencias como penales, expulsados y amonestados, situaciones que hacen crecer la apuesta y las posibilidades de ganar.
De ahí la importancia de la Internet, pues estas apuestas se hacen mientras ruede la pelota.