San Isidro de Coronado. A Cartaginés le cuesta ganar. A veces tiene juegos como el de ayer en el que es difícil explicar por qué ganó.
Algunos dirán suerte, otros insistencia del delantero Andrés Lezcano por esa hambre de anotar.
Lo cierto es que ganar se les complica, pero al final lo logran.
Si a los brumosos el triunfo se les enmaraña, la labor es tres veces más complicada para Uruguay de Coronado, más que la suerte hasta ahora está de capa caída.
Los coronadeños van de picada y necesitan sí o sí reponerse para no terminar en el sótano, pues de 33 puntos posibles, solo han sumado cinco unidades.
Ahora bien, pese a todo ese panorama en el juego de ayer en El Labrador, necesitaban algo más, por cuestiones de las justicias inexistentes en el fútbol.
Pero Lezcano definió una jugada, la única con claridad en todo el partido para los brumosos, que esta vez si fueron efectivos cuando más lo necesitaban.
Incómodo. La agónica anotación de Lezcano a seis minutos del final del juego sentenció las aspiraciones coronadeñas de pellizcar al menos un punto en la tabla.
Uruguay lo había hecho bien, sobre todo en la primera mitad.
Cartaginés presentó una línea de tres defensores que se vieron incómodos en la parte inicial y que gracias a la buena anticipación de Cabalceta y Jameson Scott, la situación no terminó en tragedia.
Uruguay, en los ojos de Carlos Watson, supo atacar esa debilidad en el primer tramo del cotejo.
Un mañoso Erick Scott logró arrastrar marcas y dejó en dos ocasiones a Jonathan Moya de cara al gol. Una de ellas incluso se estrelló en el horizontal al minuto 19, en la otra fue el portero Alejandro Gómez quien achicó bien para salvar al Cartaginés.
Uruguay recibió un freno a su ímpetu al perder a Rudy Dawson por acumulación de amarillas y prácticamente se le acabaron ahí las posibilidades de un triunfo.
Por el lado blanquiazul, pareciera que el fútbol gustoso se quedó en el partido contra Saprissa, ya que ante Limón y ayer con Uruguay el mediocampo quedó debiendo en generación de juego, tal vez por las ausencias de Johan Condega por lesión y de Christian Bolaños, quien tuvo problemas estomacales.
Carlos Hernández aún carece del halo para echarse el equipo al hombro y su falta de velocidad lo termina limitando en su juego.
Pero los más perdidos fueron Néstor Monge y Randall Alvarado, pues pasaron todo el juego buscando un acomodo que no llegó.
Cuando el 0-0 parecía justo para Uruguay y poco para Cartago por la ventaja numérica en el campo, Lezcano apareció como héroe para empujar la pelota al fondo de los cordeles al 84’, en un contrarremate con algo de pasividad defensiva.
Con un hombre más, desperdiciando opciones, en casa o de visita, con mucho dominio o con poca claridad; lo cierto es que a los brumosos les cuesta ganar, pero aún así siguen su buen paso en el torneo.