Esta Liga tiene pruebas de que ir a México no es lapidario. Pero el duelo de hoy es el más exigente de la historia reciente del club.
Desde que se implantó el actual formato de la Liga de Campeones de la Concacaf, en el 2008, ningún centroamericano ha llegado a la final. Saprissa, en el 2011, fue el único conjunto del Istmo en llegar a “semis” y el Real Salt Lake de Álvaro Saborío, en esa misma edición, es el único cuadro no azteca en disputar una final.
Motivados y seguros, así viajaron los manudos a Toluca para enfrentar el duelo más complicado en la era del Machillo: el marcador en contra (0-1) y la altura del Nemesio Díez se suman al reto de enfrentar a unos muy enfocados Diablos.
Mas Óscar Ramírez y los suyos no se dan por muertos. Al infierno van con fe, así como cuando fueron a buscar la clasificación al temible Azteca, y la consiguieron; así como cuando fueron a buscar la clasificación a Panamá, y la consiguieron.
La campaña ya dio réditos. El campeón nacional pasó a ser el mejor club centroamericano en el ranquin mundial, publicado ayer. Los erizos son 136 del planeta fútbol y en la Concacaf solo los superan tres mexicanos: Santos (56), Tijuana (79) y precisamente el Toluca (100).
Más peso en ofensiva. Ese Álvaro Sánchez que en la ida tuvo buenas incursiones por izquierda no estará hoy; se lesionó y es la única baja.
Lo reemplazará el regreso de Jerry Palacios, por lo que la Liga jugaría con dos arietes de área, junto a Jonathan McDonald.
Asimismo, regresan el meta Patrick Pemberton –para sumar seguridad en retaguardia– y José Andrés Salvatierra, para buscar más picardía por la banda derecha.
Por su parte, el rival también recupera a jugadores de mucho peso. Se trata del volante Isaac Brizuela, el lateral Miguel Ángel Ponce y el portero Alfredo Talavera.
El plan es salir a buscar un gol tempranero. Luego, tener paciencia y cuidar los detalles para no dejar a los choriceros buscar con comodidad el marco. Siempre, con mucha intensidad y presión para que los choriceros no vuelen.
Esa estrategia estará llena de todos los cuidados previos que suele hacer Ramírez. Él nunca ha perdido una serie de ida y vuelta al frente de esta Liga, y quiere alargar ese mantra a los encuentros internacionales.
De igual manera, Óscar anuncia un plan en caso de que no caiga el gol rápido. Consistirá en aguantar el partido y tirar la carne al asador en la complementaria.
Ese acto tiene nombre y es un Allen Guevara endemoniadamente encendido y listo para volver a hacerle travesuras a la defensa del Toluca.