Aunque algunos de sus seguidores estiman que Kurt Bernard puede ofrecerle más al fútbol, porque aún corre y maravilla con esa zurda prodigiosa, el mediocampistas ya le puso día, hora y lugar a su retiro tras 16 años de carrera.
Hoy es su último partido oficial y el 13 de diciembre, en el estadio Juan Gobán, será la despedida del ídolo del fútbol limonense.
Ese día, a las 6 p. m., dirá adiós el goleador histórico de la Tromba del Caribe. La fiesta que se prepara en honor al carismático Eke apunta hacia lo más alto. Así se lo merece este hombre que también hizo historia en Santos, Herediano y Puntarenas.
El plato de fondo será un partido entre los jugadores del Limón que ascendió en 1998 y los del que regresó a la Primera en 2012.
¿Qué lo hizo mantenerse activo pese a tantas lesiones?
Siempre experimenté una gran pasión por el fútbol, siempre asumí mis periodos de recuperación con convicción, paciencia y responsabilidad. Las cirugías, por ejemplo, estaban orientadas a lo que yo calificaba como mis “machetes”, en otras palabras, mis piernas. Nunca regresé a los entrenamientos hasta no estar seguro que estaba recuperado. Siempre me dije que si volvía lo hacía de buena manera.
¿Cuál fue el momento más agradable de su carrera?
Sin dudar el ser convocado a una Copa del Mundo (Alemania 2006) y el haber jugado (frente a Ecuador, entró de cambio).
¿Cómo lo recuerda?
Como volver a debutar. Recordé cuando era muchacho y estaba a punto de protagonizar mi primer partido en Primera. Me hallaba ansioso, quería que comenzara el juego para correr a la cancha.
Cuál fue el momento más amargo de su carrera?
El perder con el Herediano la final contra Saprissa, en un juego que siempre creímos que era nuestro. Esto me afectó tanto que, según recuerdo, pasé una semana sin salir de la casa. Luego también me ocurrió con Santos frente a la Liga y con Heredia, en semifinales contra Pérez Zeledón.
¿Tuvo algún sueño en el fútbol que no pudiera alcanzar?
Sin duda, el no poder jugar en el extranjero de manera prolongada.
Pero usted estuvo en el fútbol de Bolivia... ¿por qué tan poco tiempo?
Yo salí del país con un buen contrato. Sin embargo, una vez allá, las cosas comenzaron a cambiar con modificaciones a las condiciones originales del acuerdo. Ante eso lo mejor era regresar.
¿Cuál será el sello personal que dejará su paso por el fútbol?
Posiblemente, el haber sido un jugador que resolvió algunos encuentros a partir de una jugada con pelota quieta, desde el punto de penal o con un tiro libre.
¿Cuándo se dio cuenta de esa zurda prodigiosa?
Dios me dio esta virtud y yo me preocupé por pulirla cada vez más. Lo supe durante mi niñez. Aquí en el Juan Gobán jugábamos a lo ancho y no a lo largo de la cancha. Me gustaba rematar desde largo.