Barra da Tijuca, Brasil
Jorge Luis Pinto no deja de romper mitos en Brasil y un maracanazo es posible, porque la Selección Olímpica de Honduras se medirá con Neymar y sus compatriotas este miércoles, en las semifinales del fútbol masculino de los Juegos Olímpicos.
Y un costarricense es parte del éxito de Pinto en esta aventura con los catrachos, quienes están enfocados en obtener una medalla histórica, la primera para su país en olimpiadas.
El tico que colabora con la H es Germán Retana, quien ejerce el cargo de gestor de desarrollo y es un buen amigo del exseleccionador nacional.
Para Retana, esta experiencia es muy enriquecedora, ya que desde siempre ha sentido admiración por el pueblo hondureño.
"Siendo un niño, desde 1965 miraba por televisión las escenas del accidente de las niñas costarricenses balletistas en Choluteca (zona sur de Honduras) y me llenó muchísimo ver la solidaridad tan grande de la gente de esta zona hondureña, lo cual siempre me hizo tener sentimientos emotivos hacia ese país", recordó Retana.
El nacional se refiere a un fatídico accidente ocurrido el 29 de junio de 1965 en ese lugar. Un autobús con 52 personas, en su mayoría costarricenses, se precipitó a un guindo de unos 25 metros por una falla mecánica. Entre las pasajeras estaban niñas del ballet infantil del Conservatorio Castella. En total fallecieron 34 personas.
A raíz del nombramiento de Pinto en el fútbol catracho, el cafetero le pidió al tico que integrara su cuerpo técnico.
Ellos han tenido alguna relación deportiva y profesional desde el año 2002.
El costarricense ya tiene un año y seis meses de estar trabajando, tanto con la Mayor como con la Selección Olímpica de Honduras.
"Para el Mundial de Brasil 2014, él también solicitó a la Federación Costarricense de Fútbol que yo le acompañara en el cuerpo técnico, pero en ese momento no le fue autorizado por los dirigentes de Costa Rica, entonces me limité a unas colaboraciones a nivel individual a él, al inicio de su fase eliminatoria, pero nunca trabajé con los jugadores debido a ese desacuerdo con algunos dirigentes del fútbol de Costa Rica", mencionó.
Cuenta que en Honduras ha sido muy bien recibido por los jugadores, por los dirigentes y por el cuerpo técnico.
"Mi trabajo en el equipo es en la parte que tiene que ver con los factores mentales y simplemente me dedico a seguir los lineamientos del profesor Pinto sobre las prioridades que él observa en términos de desempeño, de actitudes y de identidad deportiva del equipo".
Da énfasis en la actitud que se requiere para enfrentar cada uno de los compromisos y con base en esas orientaciones, él agrega el criterio y el tipo de proceso que se puede realizar con el grupo y a nivel individual.
"La relación con los jugadores, al igual que fue con las selecciones con las que tuve la oportunidad de participar en Costa Rica es excelente, amigable, por edad, por experiencia, por casi 20 años en el fútbol uno aprende a relacionarse bastante con los jugadores, a convertirse en consejero, en un amigo, en algunos casos prácticamente en un papá cuando pasan por algunas situaciones".
Además, considera que es una persona que tiene la responsabilidad de hacerles notar las correcciones necesarias en términos de actitud.
"El otro factor que me parece importante es que junto a todos los compañeros del cuerpo técnico contribuir a dejar de lado creencias, limitantes, a romper límites mentales de hasta dónde se puede llegar como equipo, a realmente tener una personalidad de equipo fuerte y contundente, que no mire quién es el rival, sino que realmente se preocupe por poner en la cancha lo que ha entrenado durante toda la semana con el profesor Pinto".
Retana destacó que poco a poco se ha ido logrando esa identidad en la selección olímpica desde antes que Honduras llegara a Río.
"Indudablemente es espectacular lo que hemos logrado, de clasificaficar a una semifinal, en este momento me siento centroamericano, creo que las fronteras entre nosotros están más en los mapas que en la realidad, además, el pueblo hondureño y el jugador hondureño es solidario y no hemos visto ningún tipo de frontera por temas de nacionalidad", citó.
Y agregó: "Es una experiencia gratísima poder contribuir con un país que considero hermano. La rivalidad que en algunos momentos del historia reciente hemos tenido, entre Costa Rica y Honduras, es deportiva y en lo personal, para mí es un honor, es un privilegio, es una muestra de confianza, no solo de parte del profesor Pinto, sino de la dirigencia y especialmente de los jugadores el que me permitan ser un compañero más en este esfuerzo de darle una tremenda alegría a Honduras y Centroamérica y vamos a hacer todo lo posible por obtener una histórica medalla".
El costarricense piensa que si lo que hizo la Sub-23 catracha hasta ahora ya es histórico, "todavía tenemos que trascender y hacer bastante más".
Contó que curiosamente este es el tercer intento que hizo Honduras para que él le colaborara.
"El primero fue para la eliminatoria de 2002 para Japón y Corea, cuando Costa Rica ya había clasificado. La Federación me solicitó apoyo en la fase final para que les ayudara de alguna manera también, pero yo consideré que no debía hacerlo, porque la clasificación a Japón y Corea fue una labor de equipo y no lo creía oportuno cuando mi trabajo era como el de un miembro más del cuerpo técnico, por lo que consideré que hubiese sido un acto de arrogancia".
La segunda vez fue para el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando los federativos y el técnico (Luis Fernando Suárez) lo invitaron a Brasil con la selección, pero en el último minuto no se pudo concretar.
"Y ahora ya son 18 meses de estar viajando, en las fechas FIFA especialmente y en otras concentraciones para estar trabajando con ambas selecciones y viajar con ellos a los diversos países".
En lo individual, él trabaja como un coach en términos de apoyar al jugador a romper las barreras, algunas creencias, pero también ayudarle en la solución de situaciones personales e integrales que podrían impedirle tener un mejor desempeño deportivo.
"A nivel del equipo obviamente realizamos procesos de crecimiento, de mentalización, visualización, focalización de la energía y de todas las capacidades del equipo en cada uno de los desafíos y muy especialmente en el desarrollo de una identidad fuerte, ganadora, orientada por el profesor Pinto en todo momento".
Para Retana, esta experiencia en Río 2016 es única.
"Para mí ha sido grato trabajar con la selección de Honduras, creo que se valora mucho el trabajo que realizamos ahí, es muy apoyado por los jugadores que han visto en esta labor una oportunidad interesante para su crecimiento individual y colectivo".
Acotó que también es parte de un aprendizaje para todos, para "comprender que el fútbol se dirige con la cabeza y que lo que haya en la mente de cada uno de nosotros se vuelve importantísimo y trabajar en grande".
Retana asegura que en esta historia, Jorge Luis Pinto merece un capítulo especial.
"Es una persona con una visión siempre retadora, con una pasión por la ejecución con excelencia de las cosas, con un orden y una disciplina de trabajo que cuando se tienen anhelos muy altos es fácil adaptarse, con una rigurosidad en la calidad de las cosas que es una necesidad en nuestros países", apuntó.
Relató que siempre ha tenido una excelente relación con él y de respeto mutuo.
"Todos esos factores han permitido tener una experiencia muy grata que espero se consolide con la clasificación de Honduras y ojalá de Costa Rica al Mundial de Rusia 2018".
Pero en este momento, lo más importante está a la vuelta de la esquina, contra Brasil, en el Estadio Maracaná.
"Antes tenemos este sueño, este anhelo de una medalla olímpica, vamos a trabajar muy fuerte en la parte mental, el avance ha sido notorio para todos y ahora lo que queda es coronar esta linda vivencia, esta agradable vivencia con una medalla y especialmente, si eso no se diera, con la consciencia absolutamente tranquila de que hemos llegado tan lejos pese a la limitación de recursos con las que contamos en algunas áreas deportivas", finalizó Retana.
El partido entre Honduras y Brasil por el pase a la final será este miércoles a las 10 a. m. (hora de Costa Rica).