El llanto afloró en la joven promesa de la Sub-17 Femenina, Sofía Varela, su goleadora, pues se llenó de furia al perder cuatro opciones claras de gol ante China.
La acuciosa artillera se sentía responsable. Se echaba la culpa de que Costa Rica no venciera al tercer puesto de Asia y se resignara con empatar 1-1. Pero todas sus compañeras y los miembros del cuerpo técnico la acuerparon.
Era el último ensayo internacional de la Tricolor antes de saltar a la escena la máxima cita del fútbol, el próximo sábado, como anfitriona del Mundial de FIFA.
Lo lamentable fue la informalidad del vestido chino. Sin número en la parte de atrás de la camiseta, solo un numerito al frente, a la derecha, que costaba divisar, y cifras cambiadas en la numeración oficial, con la intención de confundir a los espías del bloque D (México, Colombia y Nigeria).
Buen fogueo. Costa Rica fue más que China, en un juego intenso y dinámico. No se amilanó ante la corpulencia y rapidez visitante y se hizo sentir en la marca, en la recuperación del balón y en la invención de jugadas ofensivas.
Las nuevas promesas ticas dieron ayer una muestra de su progreso y orden táctico. Y eso es muy positivo de cara al Mundial, donde se medirán a Venezuela, Italia y Zambia, en el grupo A.
A diferencia de lo que había sido hace un año la triste paliza contra el campeón asiático, Japón (cayó 6-0), la prueba de ayer se saldó con buen fútbol y una actitud hacia el juego que contagia.
Cada integrante del equipo de Juan Diego Quesada pelea cada pelota como si fuera la última. Nunca la dan por perdida, por más comprometida que parezca. Y siempre hubo ambición y coraje.
A pesar de sus 14 años, la capitana, Gloriana Villalobos, no se arruga contra rivales más corpulentas, que la marcan con mala intención, como ayer las chinas. Puso todo su talento a servicio del equipo y gestó el ataque con mucha claridad.
Los goles fueron en la primera parte. Un penal inducido por Indira González, a la salida de un tiro de esquina, y cobro impecable de ella. Y un empate inesperado, producto de la desconcentración de la lateral Deilyn Wilson, que capitalizó Cui.
La igualdad no se alteró en la complementaria. Lo más claro lo propuso la Sele , pero pecó en la definición. Varela no estuvo en su día.
El duelo se iba a jugar a puerta cerrada; así lo advirtió la Fedefútbol. El anuncio del arribo de la presidenta Laura Chinchilla, en la segunda parte, modificó todo el protocolo y la prensa pudo entrar.