Madrid
El Bernabéu es de Cristiano Ronaldo. El Real Madrid dejó sus mejores minutos de la temporada y goleó 5-1 a la Real Sociedad con tres goles del portugués.
Nacía el partido con un latigazo de Ronaldo al travesaño desde una banda. Sólo a él se le ocurre probar suerte. Fue el aviso de un partido que deja su nombre para el debate del 'Balón de Oro'. Está en el mejor momento de su carrera con números difícilmente superables.
Habían pasado 12 minutos y del conjunto donostiarra no había noticias. Superado en todas las facetas del juego.
Tuvo el segundo a pase del galés y Bravo sacó abajo. Nada pudo hacer cuando Benzema remató de primera una jugada de equipo que inició con Modric. Calidad del croata en el toque de exterior para lanzar la jugada. Tres toques, pase de Cristiano y gol de Karim.
El Bernabéu disfrutaba de su mejor fiesta de la temporada cuando llegó el tercero por un penalti discutido por mano de Mikel González que cortó sin intención un disparo de Cristiano directo a portería. El colegiado no lo dudó, menos aún Ronaldo, que cambió su mecánica habitual y chuto suave centrado.
Con 3-0 en el marcador se reprodujo en la mente de muchos los dos últimos partidos ligueros, pero en esta ocasión su rival no pasaba de centro del campo y con la seguridad defensiva Khedira se atrevió a descolgarse en ataque.
En la segunda parte apareció la exigencia de la afición del Santiago Bernabeú. Con 4-0 comenzó el run run cuando la Real comenzó a tocar.
Diego López había sido un espectador más. No había podido hacer ni una parada, pero comenzó a recibir balones de sus defensas y jugar en largo. El Real Madrid se hacía largo y aparecieron silbidos de queja. Los seguidores querían más.
Tardó Ancelotti en darse cuenta y mover el banquillo. Sacar al tapete a jugadores con hambre de minutos. Y así llegó una acción en la que Griezmann se dejó caer ante la salida de Diego López, y segundos después un pase a la espalda de Varane que el francés definió con gran calidad, picando el balón con suavidad a la salida del portero madridista. El gol de la honra.
En el campo había un jugador que siempre quiere más: Cristiano Ronaldo. Cuando sus compañeros se conformaban con los momentos de brillantez dejados, mostró su hambre generando acciones de peligro y marcando el tanto que cerró la goleada de falta.
Fue la versión más arrolladora de un Real Madrid mayúsculo durante una mitad. Le falta continuidad para firmarlo todo el partido.