Madrid. EFE Un gol de Karim Benzema, que prolongó su bonanza, bastó para sellar ayer la clasificación a los octavos de final de la Liga de Campeones de Europa del Real Madrid, desprovisto, sin embargo, de la brillantez de la que alardeó en los últimos compromisos.
La duodécima victoria consecutiva del conjunto de Carlo Ancelotti, cuarta en Europa, fue sufrida. Más de lo esperado. Ante un Liverpool menor. Cargado de suplentes. No hubo récord de Cristiano Ronaldo. Obsesivo por el gol para dar caza a Raúl González, ofreció un partido gris y sigue a orillas del registro.
La vuelta a la convocatoria del galés Gareth Bale no alteró en exceso el once de Carlo Ancelotti, que recurrió al clásico en los últimos encuentros con la presencia de Raphael Varane por Pepe y de Álvaro Arbeloa en lugar del lesionado Dani Carvajal, un cambio obligado que aplazó la discusión sobre la inclusión de Bale para próximos encuentros. El tico Keylor Navas estuvo en el banquillo.
Brendan Rodgers, sin embargo, agitó inesperadamente la puesta en escena de su equipo. Habituales como Steven Gerrard, Coutinho, Glen Johnson, Jordan Henderson, Raheem Sterling o Mario Balotelli quedaron en la banca.
La ausencia de estos generó alguna que otra sospecha. La sensación de entregar un partido en una competición donde los Reds cada vez tienen menos margen de error. Rodgers debió pensar que la del Santiago Bernabéu no es su batalla. Pero el Liverpool necesita arañar puntos en cualquier recinto si quiere superar la fase de grupos por primera vez desde la 2008-2009.
Hombre récord. El Liverpool no disparó a Iker Casillas hasta el minuto 55. El capitán cumplió su partido 144 sin sobresaltos en el Bernabéu. Rompió el récord de un jugador en partidos de Champions League.
Resistió 27 minutos el Liverpool. Simon Mignolet ya había desbaratado dos ocasiones tempranas, de James Rodríguez y Cristiano Ronaldo, consecuencia de una salida en tromba del Madrid.
Mandó y tuvo el balón de forma abrumadora pero sin peligro desde entonces, hasta que una acción gestada por Isco y continuada por Marcelo fue aprovechada por Benzema, quien abrió el marcador.
Sumó su quinto tanto en la Liga de Campeones el galo, en su mejor momento. Implicado y siempre en el momento justo. Bale saltó al campo a la hora de partido.
El empuje final del Liverpool, con Coutinho ya en el campo, arrinconó al Real Madrid, incapaz de cerrar antes el duelo y a expensas de cualquier contraataque como solución para no perder el equilibrio.