Alajuela. Alajuelense dejó otra vez en medio de la zozobra su supervivencia en la Liga de Campeones de Concacaf.
Como ocurrió en la fase de grupos y en los cuartos de final del torneo, los manudos quedaron comprometidos a sacar fuera de casa el boleto a la otra ronda.
El tropiezo de anoche, 0-1 ante el Toluca dejó todo para el juego de vuelta en el estadio Nemesio Diez, donde los rojinegros tendrán que dejar la piel para traerse el boleto a las semifinales.
Es una empresa difícil pero no imposible para los dirigidos por Óscar Ramírez. Ya lo hicieron antes, dejando en el camino al América (México) y el Árabe Unido (Panamá) en su propio patio.
Del carácter de proeza que ahora asumió la serie son más que conscientes los jugadores erizos, pero no le zafan el hombro ni a la responsabilidad del resultado en casa ni al esfuerzo monumental que deberán hacer en la vuelta.
“Me pasó a mí, le ha pasado a otros jugadores, no es la primera vez que ocurre, tengo la cabeza arriba, queda trabajar, mejorar, y ponerle el pecho a las balas”, reconoció el delantero Jonathan MacDonald, quien falló el penal que pudo cambiarle la historia al juego.
El goleador manudo aceptó que le pegó muy abajo al balón y aseguró que el apoyo de sus compañeros lo motivará a lavarse la cara en México.
“Ante Herediano me tocó ser el héroe del partido, ahora me toca esto. No es la primera vez que me ha pasado empezar así, tengo fortaleza mental, nunca me he agachado, tengo la cabeza puesta en el próximo juego”, agregó.
Sin embargo, la jornada no fue totalmente negra para la Liga. Anoche, la defensa rojinegra se conviritió en la más segura del torneo regional. Los manudos sumaron 574 minutos sin recibir un gol en el certamen de la Concacaf, dejando atrás el récord del Pachuca mexicano en el 2009 (525).