¿Por qué aceptó regresar a la Fedefútbol, luego de haber dirigido a la Femenina en el 2008 y a la Infantil en el 2009, para asumir una nueva aventura hacia el Mundial 2014?
Yo estaba en ese momento en Guatemala, dirigiendo las fuerzas básicas del Municipal y me llamó Ricardo Chacón. Me pareció una buena opción y dos meses después me comunicaron que me habían escogido de una terna de candidatos. Municipal no puso problemas y el 1.° de mayo ya estaba trabajando nuevamente por acá.
¿Cómo empezó la labor?
Había, entonces, un proceso regional y lo vi todo. También visité regiones como Limón, Talamanca, San Carlos, Guanacaste, Puntarenas y en la zona Sur. Observé entre 500 y 600 muchachas en todo el país. Luego hice tres o cuatro convocatorias abiertas para ver a 80 jugadoras en cada llamado.
“Después nos quedamos con 50 muchachas, en julio del 2012, y para noviembre de ese año ya escogimos a las 30 que iban a asumir el compromiso, con miras al Mundial, con un trabajo intenso de todos los días, a partir de enero del 2013, con el horario de entrenar en la madrugada, a las 5:30 a. m., y en la tarde a las 4:30”.
“Posteriormente, se dieron algunas deserciones de ellas, por el tema del estudio, seguimos con 24 y finalizamos con la elección de 21 que afrontarán la Copa Mundial”.
¿Qué le sirvió la experiencia anterior de Nueva Zelanda para elegir al grupo ideal de este torneo?
Me sirvió muchísimo. El fútbol femenino es totalmente diferente al masculino. Nueva Zelanda 2008 y los procesos femeninos anteriores fueron una escuela muy rica para mí. Fue valioso para entender mucho más el fútbol de mujeres y me facilitó el reclutamiento y el tener más paciencia de la cuenta. De alguna forma, me preparó para el evento en el que estamos hoy.
¿Qué trabajó en el aspecto físico, para que ese factor no nos afecte con Venezuela, Italia y Zambia?
El concepto físico siempre hace falta, porque en un término de año y medio, el trabajo siempre es corto para defenderme en un Mundial. Así que basé mi trabajo en tres aspectos: uno, la disciplina táctica; dos, la actitud para enfrentar la copa; y tres, el trabajo en equipo.
Entonces, ¿cómo llegamos en esos tres aspectos para el debut?
Estamos bien. Le hemos metido duro a esos temas, porque son elementos de tipo mental e intelectual. No nos basamos en la técnica, porque hubiéramos tenido muchos problemas. Estamos claros que, técnicamente, a muchas de nuestras jugadoras les falta mucho.
¿Como estamos con respecto al resto de participantes?
Hay equipos que nos superan en conceptos técnicos y tácticos. Nos basamos en ese triángulo para llegar bien al Mundial y le dimos con todo a la parte física.
¿Cómo afronta el Mundial?
Con alegría. Es mi cuarto Mundial y se juega en Costa Rica. Una oportunidad muy linda para cualquier profesional. Lo enfrento con satisfacción por mis logros alcanzados, pero con suma responsabilidad.
¿A qué aspiramos?
Tenemos que hacer muy buen papel. No hay derecho a las justificaciones, ni a las excusas. Aunque el tiempo que tuvimos de entrenamiento no fue el suficiente, nuestra obligación es pasar a la segunda ronda.
¿Como está el fútbol femenino costarricense?
Nos falta muchísimo camino, después de lo que vivimos en Nueva Zelanda. Pero este Mundial le dará un giro positivo al fútbol de mujeres del país. Aquí habrá un antes y un después del Mundial Femenino Sub-17.