Para los suecos, Zlatan Ibrahimovic es casi un dios. La mayoría de la gente habla sobre él y su atípica personalidad. Yo tuve la oportunidad de conocer el barrio donde él creció, en la ciudad de Malmö, que es uno de los lugares más peligrosos y pobres de este país, pero la gente me contaba que durante los recesos de los torneos, él siempre va a ese barrio, anda en su Ferrari nuevo y va al supermercado de la esquina sin camisa y en sandalias.
Eso lo admira mucho el sueco, el hecho de que no cambie su forma de ser y sus raíces pese a la fama. Además, durante los partidos de la selección, todo gira en torno a él. Las noticias solo hablan de Zlatan, de la jugada que hizo en el entrenamiento o lo que dijo en la conferencia de prensa. Incluso, la mayoría de suecos lo pone por encima de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
Ellos sienten un respeto muy grande hacía él, sobre todo por la manera en que ayuda a su comunidad. Pese a que en este país nórdico casi no hay pobreza, él pasa muy pendiente de su barrio y de su gente.
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.