Bogotá. AP El éxito ha sido la marca en la meteórica carrera de James Rodríguez, un enlace con vocación de atacante que ha triunfado desde la categoría infantil.
Debutó con Envigado en la división B del fútbol colombiano, a los 14 años; luego su genialidad fue clave en las campañas victoriosas de Banfield de Argentina, Porto de Portugal, el Mónaco en Francia y de la selección de Colombia en el Mundial Brasil 2014.
Llegó a Banfield en el 2008 y dos años después, Porto lo fichó por 7,3 millones de euros. En el 2013, pasó al Mónaco por 45 millones y, ahora, se presume que el Madrid dio 80 millones por él, la mayor suma pagada por un jugador colombiano.
James David Rodríguez nació en Cúcuta, el 12 de julio de 1991, cuando su padre Wilson James jugaba en Cúcuta Deportivo.
Wilson James también usaba el número 10, integró la selección en el Mundial Sub-20 celebrado en la Unión Soviética (1985) y al lado de René Higuita. Pilar Rubio es su madre y Juana, su hermana.
La pareja se separó cuando él tenía tres años de edad. James creció con una pelota en los pies, jugó microfútbol e integró el plantel preinfantil Academia Tolimense. Juan Carlos Restrepo, nueva pareja de su madre, lo inscribió cuando James tenía cinco años.
Participó en el torneo infantil Pony Fútbol del 2004 y con sus nueve goles (dos olímpicos) Academia Tolimense se coronó. Envigado lo contrató de inmediato.
James debutó en primera categoría a los 15 años, en setiembre del 2006, pero descendió a segunda división al cierre de esa temporada.
El empresario Silvio Sandri lo llevó a Banfield de Argentina, en el 2008. El técnico Jorge Burruchaga lo alineó en el plantel mayor cuando aún no había cumplido los 18.
Fue el extranjero más joven en jugar el fútbol Argentino, ganó el título del Apertura 2009 y jugó y anotó en la Copa Libertadores 2010.
Pasó a Porto de Portugal en julio de ese año y se casó en diciembre con Daniela Ospina, hermana de David, el arquero de la selección colombiana, y con quien tiene una hija, Salomé.
Jugó el Mundial Sub-17 de Corea del Sur y en el Mundial Sub-20 celebrado en Colombia en el 2011.
James, el Niño Maravilla, es un ganador, no admite perder, sufre con las derrotas. “No acepta perder ni en PlayStation”, dicen su madre y su hermana.
De pocas palabras y tímido, tiene más de un millón de seguidores en su cuenta de Twitter. Si ya era el personaje de Colombia desde hace semanas, su paso al Real Madrid lo subió a las nubes.