Praga
Los locales se adelantaron al minuto 22 tras un buen control de Lafata, que atrajo a dos defensas y dejó solo a Dockal, que mandó el balón de un zurdazo ante el que Cillessen nada pudo hacer.
Lafata, uno de los máximos anotadores de la liga checa, salía de una infección viral, pero su presencia en el ataque fue un revulsivo que dio alguna claridad a los suyos en el ataque, casi siempre al contragolpe.
El balón estaba más en manos de los holandeses, pero sin inquietar apenas la meta de Cech, ya que el equipo local montó una sólida defensa que sólo vaciló al filo del descanso.
Los pupilos de Guus Hiddink no encontraban la manera de perforar esa barrera, y Van Persie dispuso de una única ocasión en el primer acto.
También pudo marcar en un cabezazo en el minuto 80, que permitió a Cech lucirse con una palomita.