París La primera cita de España tras el fracaso mundialista se saldó con una derrota 1-0 ante Francia, en un encuentro en el que los de Vicente del Bosque, con muchas novedades, tutearon a los galos pero cayeron en un despiste defensivo aprovechado por Loïc Rémy.
La revolución que pedía el naufragio brasileño demostró que necesita mucho tiempo para encontrar la identidad que convirtió a España en la referencia futbolística mundial durante varios años.
La Roja buscó el juego de toque, la posesión permanente y el fútbol templado, pero el experimento no soportó la prueba de esa memoria todavía muy reciente
Francia, que no le ganaba a España desde el Mundial de Alemania de 2006, aprovechó el despiste y el cemento todavía fresco para acabar con una de sus bestias negras de los últimos años, una espina que empezaba a mutar en complejo.
Cambios. Plagado de novedades, el equipo de Vicente del Bosque demostró que precisa mucho rodaje para volver al nivel de virtuosismo que desplegó durante los últimos años y que la reconstrucción necesita que los nuevos se junten entorno al mismo proyecto futbolístico.
Raúl García, Daniel Carvajal y Mikel San José alinearon, símbolo de que corren nuevos tiempos en un equipo que vio cómo algunos de sus hombres clave pusieron punto y final a su carrera internacional.
A ello se sumó la presencia de David de Gea bajo los palos, un puesto que venía ocupando el capitán Iker Casillas, demostración de que la renovación afecta a todos.
A España le costó encontrar su identidad para desembarazarse del acoso francés. Lo hizo despacio, a medida que un hiperactivo Koke fue encontrando su sitio, auxiliado por Cesc, oxigenado por Busquets y con un Carvajal que se multiplicó en la banda derecha.
Tras el descanso, apenas a los 5 minutos, una rápida jugada de Francia permitió a Benzema culminar de “taquito” un pase de Sissoko, gol anulado por el colegiado por un discutible fuera de juego.
Fue un síntoma de que España se había despistado, lo que quedó puesto de manifiesto al 72’, cuando Valbuena aprovechó un desconcierto español para internarse por la izquierda y centrar a la medular del área, ahí donde esperaba Loïc Rémy, el nuevo fichaje del Chelsea que había relevado a Griezmann.
España buscó el empate con ahínco, pero está claro que ese esfuerzo ya no es el mismo de antes.