Ciudad del Vaticano. AFP El papa Francisco, primer pontífice hincha confeso de fútbol y de nacionalidad argentina, recibió ayer el Vaticano a las selecciones de su país y de Italia, encabezadas por Lionel Messi y por Gianluigi Buffon.
“Ustedes son un modelo para bien o para mal”, les dijo el Papa al recibir a cerca de 200 personas, entre jugadores, técnicos y funcionarios de las dos federaciones de fútbol para una audiencia especial en la imponente Sala Clementina del palacio apostólico.
Las dos selecciones jugarán esta tarde un amistoso en honor del primer pontífice latinoamericano, que no esconde su pasión por el fútbol, su deporte favorito.
“Ustedes son artífices del entedimiento y la paz social”, repitió el Papa invitándolos a respetar tres principios: “Lealtad, respeto, altruismo”, afirmó en su discurso hecho en español e italiano.
Al término del encuentro, en un acto inusual para el protocolo de la Santa Sede, organizó una conferencia de prensa en la sede de la Pontificia Academia de la Ciencia, para ilustrar una iniciativa promovida por las dos federaciones para fomentar la solidaridad y la tolerancia a través del deporte.
Los jugadores, tanto los argentinos como los italianos, ingresaron en forma conjunta al Vaticano en un mismo autobús, provenientes del mismo hotel en que se alojan, cercano al céntrico parque de Villa Borghese.
“Un gesto de amistad y unión”, según un comunicado de la Federación Italiana de Fútbol.
La presencia en el estadio del papa argentino, célebre por ser hincha del club San Lorenzo de Almagro, fue excluida por el Vaticano.
Sin embargo, conociendo el estilo espontáneo y directo, podría cambiar el programa y aceptar dar la patada inicial del encuentro, lo que ilusiona a los aficionados.