San José (Redacción). Con un orden defensivo envidiable y característico del futbol italiano, el Milan neutralizó al Barcelona en su estadio para ganar 2 a 0 el juego de ida en los octavos de final de la Liga de Campeones de Europa.
Los locales plantearon dos líneas de cuatro muy ordenadas que se mantenían frente al área en cada ataque rival.
Esto le impidió las libertades a Messi, Xavi e Iniesta. Y el Barcelona rebotaba en la doble barrera en cada ofensiva que intentaba.
En el primer tiempo, el duelo seguía empatado sin anotaciones, y el Barcelona apenas llevaba dos tiros en los 45 minutos.
Y al minuto 57, ese juego ordenado le dio frutos al Milan, con la primera anotación del juego.
Un tiro libre indirecto que cobró Riccardo Montolivo, fue desviado por el local Christián Zapata, cayó en los pies de Kevin Boateng que remató fácil para adelantar a su club.
La polémica llegó con ese gol, ya que la repetición muestra como la pelota golpea involuntariamente a Zapata en el brazo.
El juego no cambió, los visitantes mantuvieron una absurda posesión de la pelota (mayor al 65% en todo momento), pero sin profundidad ni opciones verdaderas de peligro.
Los italianos seguían esperando, un verdadero rompeolas que desgastaba a los blaugranas mientras se acercaba el minuto 90.
Ese cansancio y ansiedad por anotar se notó en el 81', cuando en una jugada rápida el Milan sorprendió otra vez y puso el 2 a 0.
En una gran jugada por la banda derecha de M'Baye Niang, que centró a Stephan El Shaarawy. El delantero tocó magistralmente, sin que la pelota tocara el suelo, al ganés Sulley Muntari. Este futbolista remató con una volea y el balón indetenible se arropó con las redes que defendía Víctor Váldes.
Dos goles de ventaja se llevan los locales a su visita al Camp Nou. Un resultado que no es definitorio, menos contra el Barça, pero que cualquier cuadro envidiaría al recibir a la constelación catalana.