Heredia. Para las grandes batallas se necesitan hombres, peones dispuestos a sudar la camiseta, derramar sangre y levantarse.
Para cruzar el límite de lo inimaginado también es requisito creérsela e irrespetar al adversario, por más estrellas que tenga colgando en el pecho.
Anoche, Herediano creyó que podía ganarle al América, el gigante temido que impresiona a punta de una robusta chequera.
Aquel equipo que semanas atrás le dio una lección a Saprissa demostró ayer que es mortal como todos. Y sobre todo, que el traje no hace al caballero.
El Team no solo lo derrotó, lo desplumó por completo al avasallarlo con un inobjetable 3-0 que mantiene más vivo que nunca el sueño de alcanzar la final de la Concacaf Liga de Campeones.
El equipo rojiamarillo tuvo la inteligencia necesaria para no poner la mejilla al recibir un golpe y dejó que su oponente perdiera los estribos hasta acabar humillándose a sí mismo en el Rosabal Cordero.
Los hombres de Mauricio Wright no se contagiaron de la calentura de sus rivales y cuando tuvieron la ocasión de tumbarlos, lo hicieron sin pensarlo.
El América manchó su escudo y pisoteó su imagen de equipo poderoso con la doble agresión que recibió Cristhian Lagos. Primero fue Michael Arroyo quien lo bajó de forma artera con una gruesa falta y después Pablo Goltz le lanzó una patada brutal a la cabeza.
Arroyo recibió la roja con justicia, pero el juez central le perdonó la vida a Goltz, quien jugó de gratis el resto del partido.
Esa expulsión es vital en la historia porque a partir de ella el juego quedó en una inmejorable situación para los florenses.
Voraz. Después de un primer tiempo enredado y convulso, Herediano exhibió su mejor versión para el deleite de la afición.
El responsable fue Elías Aguilar, quien como jefe en la sala de máquinas encendió los motores.
El “10” le hizo honor a su dorsal y generó el fútbol que tanto añoró su escuadra en el primer acto.
Intratable como un torbellino, el cuadro florense arrasó en el segundo tiempo.
Al 52’, en una muestra de talento puro, Esteban Ramírez lanzó un disparo preciso que significó el 1-0. Luego al 68’ Yendrick Ruiz pegó un testarazo que le dio forma a la victoria y por último Jonathan Hansen hizo realidad la paliza con el 3-0.
El Huracán desplumó a las Águilas y dio una lección de cómo se tumba a un gigante.