FC BARCELONA - REAL MADRID MD04. MADRID, 21/04/2012.- Aficionados madridistas celebran la victoria blanca ante el FC Barcelona hoy, 21 de abril, en la plaza madrileña de Cibeles. EFE/Víctor Lerena (Víctor Lerena)
Barcelona. Durante el partido, con el estadio lleno de barcelonistas, los merengues eran casi imperceptibles. Ni si quiera se escucharon con el silencio de hielo provocado por el gol del alemán Sami Khedira, en el minuto 15.
Antes, durante un recorrido de dos horas previo al partido, ni un solo signo madridista fue visible en la muchedumbre rojiazul.
Con el gol de Cristiano Ronaldo, al 74’, apenas se hicieron notar encaramados en la cresta de la gradería sur. Eran tal vez 200, envueltos en la camiseta blanca y ondeando la bandera española, que en esto del futbol se homologa con la del Real Madrid.
Pero tuvieron que esperar que el estadio se vaciara para apoderarse del espacio sonoro del Camp Nou. “Campeooones, campeooones” cantaban incansables una hora después de que acabara este juego inolvidable.
Razones tenían para quedarse cantando bajo la llovizna. La posibilidad de dejarse servida la liga es solo una parte. Lo otro, lo que gustó más a los hinchas merengues, es que ganaron frente a su mayor rival y en casa ajena.
“Eso vale más que cualquier liga. La vida nuestra toca su clímax cuando podemos hacer esto, venir y celebrar sobre sus narices. Es como saltar sobre su cama”, dijo Borja Villarreal, uno de sus seguidores más fieles.
“Podríamos quedarnos aquí horas y horas recordándoles que ya somos prácticamente campeones, gracias a este triunfo. Decirles que se dejen de tonterías y creerse lo que no son. Ya no pueden decir que son el mejor equipo del mundo. Hoy lo vimos”.
Y seguían cantando mientras agentes de seguridad buscaban la mejor forma de sacarlos del estadio, para evitar un enfrentamiento con un grupo de barcelonistas que los esperaban en la explanada principal del hermoso Camp Nou.
El grueso de los aficionados culés, sin embargo, ya se había retirado. Algunos, incluso, lo habían hecho antes del pitazo final. Esto no es algo extraño en el Camp Nou, acostumbrados a ver a su equipo con las cosas resueltas de sobra.
Ayer muchos se fueron antes, pero quizá sabiendo que ese juego no tenía ni asomo de solución. Prefirieron dejar a sus rivales saltando felices en cama ajena.