“¡Vamos que hoy es con todo!”, se escuchó desde la grada. La autora de la frase fue Wendy Acosta.
Se jugaba una final, el orgullo, la historia, el currículo, nada más y nada menos que una presea de oro como la mejor de la región centroamericana.
Y es que para Acosta, como quizás lo fue para el resto de sus compañeras, ayer no importaba quién era el rival.
No importaba que se trataba de Nicaragua, una selección que no representaba peligro en el papel, mucho menos en la cancha.
Pero eso quedó de lado, la seriedad y el profesionalismo de Acosta pronto se fue contagiando a sus compañeras. A la par estaban muchas figuras como Shirley Cruz, Katherine Alvarado, Raquel Rodríguez, entre otras.
¿Favoritas? Por supuesto. En la fase regular de los Juegos Centroamericanos, previo a la final, habían convertido 23 goles y solo recibieron uno, así que no había espacio para dudas.
El pitazo inicial fue el de un partido que se antojaba de trámite, pero había que jugarlo.
Desde el primer puntapié el balón fue de la Tricolor y así sucedió durante todo el encuentro.
“Seguimos con todo”. Poco a poco, la Tricolor invadió el área pinolera. Se sentía cómoda ahí y ahogó a su rival.
Wendy Acosta seguía motivando a sus compañeras. Desde la grada ya no se escuchaba, pero sus gestos la delataban.
Su premio: abrir el marcador y ser la figura costarricense.
Solamente 14 minutos soportó Nicaragua con el marco en cero. Acosta cruzó remate al palo izquierdo ante el achique de la guardameta Bethania Aburto.
Lo demás fue todo fiesta. Fiesta por el oro, y de paso, un homenaje a la mejor futbolista costarricense de todos los tiempos, Shirley Cruz.
Ayer, fue su último partido en unos Juegos Centroamericanos. Por eso, se llevó el reconocimiento de parte de sus compañeras y, como broche de oro, hasta convirtió su gol de despedida.
Por lo demás, la cuenta la sentenciaron Katherine Alvarado y un segundo tanto de Acosta.