Cuatro equipos con rendimiento positivo y la amenaza constante de que prenda fuego el poderoso roster de Toronto.
El Este de la Americana no da tregua en lo que se espera siga siendo una lucha de gigantes.
Boston dejó de ser revelación y, con paz en el camerino, encontró la fórmula para ganar y mantenerse como el mejor equipo en lo que va de esta campaña.
Con el madero de David Ortiz (18 jonrones) siempre caliente y las buenas actuaciones de Dustin Pedroia (promedio de bateo de .321), el versátil Jacoby Ellsbury y el confiable Mike Napoli, esta es la ofensiva más prendida.
Las Medias Rojas acumulan más carreras que nadie, con 473 rayitas (20 más que los Tigres).
Los Rays han salido del pozo gracias a un buen equilibrio entre ofensiva y defensiva, si bien su picheo no ha sido tan espectacular como otros años. Llevan seis triunfos en racha.
¿Qué decir de los Orioles? Un equipo que corre inteligentemente las bases y está confirmando que no fue casualidad su visita del año pasado a los play-off .
Dudas en Nueva York. Los Yanquis han sido un cúmulo de lesiones e interrogantes.
Aún así tienen rendimiento positivo y no pierden de vista una posible visita a la postemporada.
La ofensiva de los Mulos es de las peores de la campaña (23 entre los 30 equipos de MLB). Siguen dependiendo de Robinson Canó (20 jonrones y 59 impulsadas), al tiempo que la enfermería no deja de ser el principal tema.
Estrellas como Curtis Granderson y Mark Texeira volvieron sin mucho que aportar, mientras se espera que Derek Jeter y Alex Rodríguez hagan su arribo.
La división la cierra Toronto, el mejor sotanero de las Grandes Ligas y una constante amenaza.
Los Azulejos serán imparables si José Reyes sigue saludable y aporta a las buenas campañas de José Bautista, Melky Cabrera y Edwin Encarnación.