Según informes de bomberos, el bus urbano privado cayó –por causas que aún se investigaban– a una quebrada de más de 150 metros de profundidad, en una zona de cuestas en las cercanías de Tomé, 470 kilómetros al sur de Santiago, a poco de iniciar el viaje de regreso a Rancagua.
Hinchas que sobrevivieron a la tragedia y amigos de algunos fallecidos declararon a la televisión estatal que la mayoría de los muertos tendría entre 13 y 18 años. Uno de los muertos es un bebé de pocos meses.
Eduardo Soto, alcalde de Rancagua, 80 kilómetros al sur de Santiago, dijo que los muertos “son principalmente jóvenes”.
El partido entre O’Higgins y Huachipato se disputó ayer en el puerto de Talcahuano, 500 kilómetros al sur de Santiago.
Pablo Hoffman, gerente de O’Higgins, dijo que “el lugar del accidente es algo dantesco”.
“El bus se salió de la pista de más arriba, cayó a otra de más abajo, siguió hasta que lo detuvo un cauce de agua”, agregó.
El área del accidente, la Cuesta Caracoles, es una zona llena de curvas cerradas, con vegetación muy tupida, por lo que no se descarta que pudieran aparecer más heridos y muertos.
La información sobre el número exacto de muertos y heridos es aun confusa porque los aficionados del O’Higgins se dividieron en distintos vehículos para retornar desde Talcahuano a Rancagua.
La patente del vehículo accidentado registrada en el Ministerio de Transportes indica que se trata de un bus pequeño autorizado sólo para viajes urbanos, con capacidad para 27 pasajeros, fabricado en China en 2011, sin cinturones de seguridad, informó la televisión estatal.
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