Desde la desaparecida categorización, hasta la inequidad entre los quintetos y el estado de la economía nacional... Muchos parecen ser los posibles motivos, pero la realidad es otra: el baloncesto nacional camina hacia otra de sus cíclicas crisis. Lo demuestra el hecho de que en dos años la primera división disminuyó de diez a seis equipos.
Estamos hablando de una disminución seria después de más de una década en la que se logró relativa estabilidad: entre 2002 y 2012 la liga nunca bajó de ocho participantes y llegó a su máximo histórico en 20 años de 14 equipos, en el 2007.
El año pasado se retiró Cartago y el campeonato se jugó con siete equipos. Este año la UCR renegó el ascenso y Turrialba dio de baja hace un par de semanas. Liceo lo meditó, pero a final de cuentas decidió participar con un equipo joven.
Así las cosas, y con el regreso de Limón –ahora con el mote Sharks–, serán seis los equipos. Se suman el monarca Ferretería Brenes Barva, el subcampeón Coopenae ARBA (San Ramón), Escazú, Grecia Súper Cable y el mencionado caso de los liceístas, por San José.
Crisis. Para Heiner Ugalde, representante del Liceo y expresidente de la Federación Costarricense de Baloncesto (Fecoba), es momento de aceptar que el básquet tico vive una de sus crisis. Quizá no la peor de su historia, pero sí una grave.
Hay que recordar que en los años 90 el dominio absoluto de un equipo hizo que la duela se dividiera en dos, entre “profesionales” y la Liga de Baloncesto Aficionado.
El campeonato 2000, a modo de ejemplo, se jugó con tres equipos.
Luego, Osvaldo Pandolfo tomó las riendas de la Federación y reunió las aguas. El deporte se estabilizó hasta llegar a conformar la Liga Superior de Baloncesto, en 2004.
Punto crucial de la equidad de finales de los 90, apunta Pandolfo, fue la implantación de la categorización: una regla que dividía a los jugadores en A, B y C, de forma que cada equipo contara con una o dos estrellas, algunos jugadores intermedios y otros de menor talento.
Esa normativa fue variándose con el tiempo y dejó de ser efectiva en búsqueda de esa equidad. Ferretería Brenes Barva ganó seis títulos consecutivos en ese modelo.
Sin embargo, para Ugalde y Pandolfo la categorización debería volver. La competencia, apuntan ambos, es fundamental para atraer público, patrocinios y otras necesidades a los gimnasios de básquet.
Por su parte, José Rafael González, actual jerarca de Fecoba, apunta a que la realidad es que el medio nacional es incapaz de mantener más de seis equipos. Por eso intentarán que, por al menos dos años más, ese sea el número “mágico” en la primera división del país.