Redacción
A sus 35 años, Alejandro Alpízar aún tiene la puntería fina. Ya no necesita correr demasiado para perforar las redes. La experiencia le ha permitido afinar sus movidas, en lugar de andar detrás de la pelota sin sentido.
En resumen, piensa más y corre menos. ¿El resultado? 9 goles y 8 asistencias.
Su presente en Uruguay confirma lo que hace rato tenía claro: el Matador nunca debió irse de la Liga. En Alajuelense demostró su capacidad para anotar, pero sobre todo su estirpe de definidor en las instancias finales.
Mientras algunos se caen, Alpízar multiplica su categoría en las fases decisivas. Los números también lo respaldan: en su último campeonato con los manudos (supuestamente el más flojo del atacante) anotó siete goles en solo 15 juegos como titular, es decir cerca de un tanto cada dos cotejos. Uno de ellos se lo marcó a Saprissa.
La realidad dicta que no hay comparación entre la calidad de Alpízar y el atacante de Cartaginés Andrés Lezcano (1 gol en esta certamen), hoy pretendido por los erizos.
La eficacia del Matador frente al marco y su capacidad para jugar en el centro del ataque o por el costado, dista de la falta de tino del brumoso.
Ciertamente, Alpízar es un veterano pero el fútbol es de buenos y malos, no de viejos y jóvenes. Alguna vez se le cuestionó porque su estado de forma no es el mejor, sin embargo, las estadísticas y su accionar en la cancha dicen lo contrario.
Tampoco se puede asegurar que su salida se debió a la renovación en el plantel rojinegro, si se valora que de los jóvenes delanteros de la Liga, solo Guillermo Ortiz ha tenido continuidad; Alejandro Aguilar y Francisco Rodríguez han tenido minutos a cuenta gotas.
La verdad es que Alpízar aún tiene cuerda. Si Herediano cuenta con él para reforzar el plantel en el torneo venidero, sería una contratación acertada.