Una cosa es estar en el Gobierno; otra, en la oposición. Ese es el dilema que ahora tienen Acción Ciudadana (PAC) luego de 13 años en la silla más confortable, y ese es el reto que ahora enfrenta Liberación Nacional (PLN) –como principal fuerza opositora–, tras ocho años en el banquillo más complicado.
Como ciudadano, aprovecho este espacio para hablarles a los dos, pero también al Frente Amplio, al Libertario, a la Unidad, a Restauración, a Renovación, a Accesibilidad sin Exclusión y a Alianza Demócrata Cristiana.
Lo primero, ¿qué esperamos del PAC los costarricenses?
Confiamos en un Gobierno con apertura al diálogo, a la negociación y a la concertación. Esperamos que abra ojos y oídos al consejo; que comprenda que el gobierno es imposible en soledad, más cuando por primera vez en la historia tenemos una Asamblea Legislativa tan fragmentada, lo cual hará del acuerdo una tarea titánica.
Deseamos que medite cada decisión para evitar pasos en falso como los de estos primeros días con poder. Pasos en falso han sido el pacto para congelar el proyecto de uniones gais a cambio de votos; el que el presidente electo se sumara a la huelga de educadores y, ya como gobernante, pidiera deponerla; el primer decreto sobre obras viales a punto del colapso, varias de las cuales estaban reparadas...
Del PAC anhelamos liderazgo para conducir al país hacia el ansiado cambio que los electores expresaron con su voto.
¿Qué esperamos del PLN y otros partidos de oposición?
Responsabilidad para saber que, antes de desquitarse con el PAC, hay más de 4,3 millones de habitantes que sufrirán las consecuencias de su oposición por oposición; exigimos de ellos evitar el filibusterismo que ya se evidencia en diversas acciones y permitir a Luis Guillermo Solís gobernar, tomar decisiones.
Ponerle el camino cuesta arriba a un Gobierno que apenas se inicia es contraproducente para una Costa Rica que lleva años metida en un zapato que no camina; estamos estancados por falta de decisiones importantes y, por eso, lo que esperamos es que este Gobierno dé pasos seguros hacia la gobernabilidad para generar una riqueza bien repartida y un desarrollo social y económico que aumente la calidad de vida. Es momento de que el PAC dé confianza de poder cumplir, y de que el PLN y otros partidos le den un compás de espera para gobernar. De lo contrario, todos perderemos.