¿Verdad que ya no se oyen serenatas? Recordar aquellas noches de luna en que, al pie de una ventana, un improvisado trovador, acompañado por dos viejas guitarras, se dirigía a la causante de sus desvelos… “Mujer… Si puedes tú con Dios hablar… pregúntale si yo alguna vez… te he dejado de adorar…”.
Eran aquellos tiempos en que todavía no existía la televisión, y el entretenimiento nocturno en los hogares eran la radio, el melodrama, la música…
Recuerdo a Isabel Quirós y Alberto Castillo en las grandes obras del radioteatro desde la estación Nueva Alma Tica, y a Jorge Valenzuela haciendo programas musicales con cantantes aficionados desde la Radio San José. En otra emisora, llamada La Voz de la República, trabajaba Otto Hutt haciendo programas de aficionados y con un personaje cómico de su invención llamado Timoléon Garro. También aparecían ocasionalmente Carmen Granados y Leyla Alvarado con sus canciones y sus chistes divertidos.
De esos programas y de aquellos tiempos recuerdo varias voces sobresalientes: Toñita Murillo, Edwin Chacón, Trino Vargas, Eduardo Blanco… Algunos de ellos lograron salir del país para cantar en Centroamérica y las Antillas. Eduardo Blanco fue seleccionado por Ricardo Mora para que le hiciera la primera grabación de su bolero Noche inolvidable . Eso fue allá por 1939.
Programa de aficionados. Por ahí, en uno de esos programas de aficionados, apareció un día un chiquillo de doce años al que lo pusieron a cantar. “No lo hace mal”, dijeron algunos; “Tiene buena voz, pero le falta estilo”, dijeron otros. Rafa Pérez comenzaba su larga y exitosa carrera musical.
Los tiempos de aquel San José sin drogas, con tranvía y con menos automóviles se fueron para no volver, pero…
Rafa Pérez había nacido como cantor sentimental para engalanar los escenarios y las fiestas familiares por muchos años.
Los Panchos, en México, con sus grandes éxitos, pusieron de moda los tríos y aquí se formaron varios: uno de ellos fue el de Los Armónicos, integrado por Rafa Pérez, Ronald Alfaro y Solón Sirias como guitarrista.
También aparecieron Los Ticos, con Mario Chacón, Francisco Brenes y Pablo Peñaranda, y el Trío Azul, con Ricardo Mora, Adriano Estrada y Carlos Troz.
Luego llegó Alma de América, con Lalo Rojas, José Córdova y Rolando Zamora. Entre otros tríos que anduvieron serenateando en nuestros barrios están Los Millonarios, con Talí Gamboa, Lalo Rojas y Pablo Peñaranda. Después se formaron Los Josefinos, con Asdrúbal Zamora, Lalo Rojas y Francisco Fonseca.
Rafa Pérez pasó luego a cantar con varias orquestas. La primera de ellas fue la Orquesta Maryval que dirigía Johnny Valverde; luego pasó a ser el cantante de la orquesta de Isaac Segundo Barahona y, en 1954, graba las canciones de Ricardo Mora, acompañado por la orquesta de Gilberto Murillo.
Grandes éxitos. Rafa Pérez, al igual que Gilberto Hernández, Paco Navarrete, Jorge Duarte y algunos otros artistas costarricenses, logró grandes éxitos con sus actuaciones en las ciudades más importantes de los Estados Unidos.
Un día en que este escribiente venía de Canadá acompañado por Jorge Mora y se nos ocurrió hacer escala en Los Ángeles, California, nos encontramos con Rolando Escalante, un tico que tenía años de vivir allá, quien nos llevó a un salón donde las estrellas del show ran nada menos que Paco Navarrete y Rafa Pérez. ¡Qué maravilla! Estar a 30.000 kilómetros de la patria oyendo Noche inolvidable y Recordando mi puerto.
Los tiempos van cambiando y los tríos han ido desapareciendo. ¡Qué lástima!