Costa Rica tiene ocho meses para cumplir con los requisitos para iniciar el proceso de adhesión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Nos exigen excelencia en todos los sectores de gobierno, con base en estándares guiados por la llamada Nueva Gestión Pública (NGP). Si estamos hablando en serio sobre la OCDE, debemos entender la visión de eficiencia que guía esta organización.
La NGP se basa en la rendición de cuentas, en resultados, en competencias, transparencia y relaciones contractuales. Toma como base el funcionamiento del sector privado, donde la administración pública es vista como un proveedor de servicios y los ciudadanos como clientes que esperan un cumplimiento satisfactorio de sus demandas. La NGP complementa los valores tradicionales del servicio público con nuevos valores, como calidad en el servicio, servicio al cliente y responsividad.
Ocho meses. ¿Comparte Costa Rica esta visión de eficiencia? Al menos en las leyes, sí. El artículo 91 de nuestra Constitución, el 4, 225, y 269 de la Ley General de Administración Pública, y el 3, 5 y 28 de la Ley de Administración Financiera de la República y Presupuestos Públicos, son solo algunos ejemplos de que en el papel, somos eficientes. Lastimosamente, no hemos logrado trasladar ese principio a la práctica, y ahora ¡tenemos ocho meses para demostrar que nuestra gestión pública puede dar la talla!
Que no cunda el pánico. Podemos empezar con reformas más pequeñas y fáciles que abrirán el camino para aplicar la Nueva Gestión Pública (NGP). Empezar por el Servicio Civil, por ejemplo. En esta área, los países de la OCDE han aplicado varias reformas; los casos que más llaman la atención son Francia, Nueva Zelanda y Reino Unido.
En Francia han creado una Escuela Nacional de Administración (ENA), la cual acepta 100 estudiantes por año para capacitarlos por un período de dos. Los graduados son colocados en el ‘’grupo A’’ dentro de la jerarquía del Servicio Civil, y serán quienes ocupen los puestos de dirección en las instituciones públicas. Este sistema asegura la idoneidad de los funcionarios en los altos mandos.
El caso de Nueva Zelanda es el más radical. Resulta que el sistema era tan ineficiente que los funcionarios se aseguraban el puesto por 40 años sin importar su rendimiento.
Entonces decidieron aplicar una misma legislación laboral para el sector público y el sector privado y un esquema con base en la rendición de cuentas, donde el Servicio Civil tiene la autoridad de despedir a un jefe ejecutivo.
Finalmente, el Reino Unido cuenta con un sistema que permite evaluar a los funcionarios según su desempeño con base en metas previamente establecidas. Entonces si un funcionario es calificado como ineficiente o limitadamente eficiente, puede ser despedido. Además, dentro del sistema de evaluación, se incluye la participación ciudadana por medio del programa Citizen´s Chapter .
Las reformas han resultado exitosas en estos tres países de la OCDE, y han servido como modelo para que los demás miembros “se pongan las pilas’’ y modifiquen sus sistemas en torno a la eficiencia.
Si Costa Rica se siente lista para entrar en este selecto grupo, entonces actuemos en serio y comencemos a ejecutar los cambios necesarios partiendo de la experiencia de nuestros futuros compañeros. A todos conviene.