El sector exportador de alimentos tiene un nuevo reto que superar. Desde enero del 2011, cuando el presidente Obama firmó la Ley de Modernización de la Inocuidad de Alimentos (FSMA por sus siglas en inglés) se informó a los productores de las nuevas normas que regirán a todo producto comercializado en los Estados Unidos, sean locales o importados.
Las normas fueron publicadas recientemente y entran en vigor, en su mayoría, dentro de uno o dos años, tiempo suficiente para prepararse a fin de cumplir los diferentes requisitos.
De los 156 países destino de nuestra alta diversidad de productos exportados, los Estados Unidos son nuestro principal socio comercial. Según las más recientes estadísticas de Procomer, los Estados Unidos reciben el 41 % de nuestras exportaciones, y en el sector agroalimentario esto representa el 48% de las exportaciones de productos frescos, el 80,5% de los productos pesqueros, el 55,6% de los productos cárnicos y el 12% de los productos de la industria alimentaria.
Está claro que los principales productos de exportación del sector agrícola, pecuario, pesca y alimentario, así como los dispositivos médicos, tienen su destino en el mercado estadounidense y están regidos por la FDA, agencia regulatoria estadounidense responsable de velar para que los alimentos para humanos y animales que se presentan al comercio en su territorio cumplan las regulaciones establecidas en procura de asegurar su inocuidad.
Está claro, entonces, que deben cumplir los nuevos requisitos de la ley.
Aun hoy, los rechazos por incumplimiento de las regulaciones son frecuentes y repercuten en el empresario al paralizar la comercialización de sus productos hasta que la empresa corrija lo señalado.
De acuerdo con la lista que aparece en la página en Internet de la FDA, los rechazos se deben, principalmente, a problemas de etiquetado, suciedad, uso de colorantes no permitidos, incumplimiento del sistema HACCP y la normativa sobre alimentos enlatados o de baja acidez (LACF) para casos obligatorios, contaminación microbiana –especialmente salmonela–, presencia de micotoxinas y plaguicidas no permitidos o en valores superiores al límite establecido, entre muchos otros.
Normas mínimas. Al sector exportador de productos frescos de consumo crudo, como banano, piña, melón, culantro, etc., se le aplicará la nueva normativa de la FSMA produce safety standards.
Esta regulación establece por primera vez normas mínimas basados en ciencia para el cultivo, cosecha, empacado y almacenamiento seguro de frutas y vegetales frescos para consumo humano.
Si bien muchos exportadores cuentan con certificaciones privadas de carácter voluntario sobre buenas prácticas agrícolas, cabe recordar que esta es una normativa nacional de cumplimiento obligatorio para toda exportación hacia los Estados Unidos.
Es importante reconocer que las certificaciones privadas constituyen una base sólida para acceder al mercado estadounidense y cumplir con FSMA.
Las normas de la FSMA sobre controles preventivos de los alimentos para consumo humano y para alimento animal ya son definitivas y su cumplimiento para algunas empresas comienza en setiembre.
Al igual que en la producción agrícola, las certificaciones privadas sobre buenas prácticas de manufactura y HACCP podrán ser una base para cumplir con la nueva ley.
El requisito fundamental de esta norma exige a las industrias de alimentos establecer y poner en práctica un sistema de inocuidad de alimentos que incluya un análisis de peligros y controles preventivos basado en riesgo. Incluye también la obligatoriedad de tener en vigor un programa de cadena de suministro o trazabilidad de suplidores.
Esta normativa actualiza y aclara algunos conceptos de las buenas prácticas de manufactura vigentes referente a la capacitación y educación de los trabajadores y el control cruzado con alergenos.
Certificaciones. Con la ley de inocuidad se abre también una buena oportunidad a los importadores que tienen un largo y exitoso historial de cumplimiento con la FDA.
El Programa Voluntario de Importador Calificado (VQIP por sus siglas en inglés) permite la revisión y entrada expedita de alimentos ofrecida para importación por empresas que voluntariamente acuerden participar. El programa instala también un proceso para la emisión de certificaciones de las empresas que acompañe al alimento ofrecido para importación.
Es de esperar que importadores registrados formalmente en los Estados Unidos se inscriban en este programa y soliciten a nuestros exportadores las certificaciones correspondientes para asegurar la elegibilidad en el programa. La FDA por primera vez está dispuesta a aceptar auditorías y certificaciones de terceras partes acreditadas. El proceso de acreditación avanza y se pondrá en práctica una vez se publique la Guía con los Estándares del Modelo de Acreditación.
Cumplir con los nuevos requisitos de la ley de inocuidad representa un gran reto, especialmente para las pequeñas empresas exportadoras. Correspondiendo al perfil de nuestro sector productivo, un alto porcentaje son microempresas, aquellas con menos de 15 empleados.
De las 246 que hacen comercio con los Estados Unidos, del sector alimentario, el 62% lo constituyen mipymes, y de las 435 empresas exportadoras del sector agrícola, excluyendo las dedicadas al banano, café y azúcar, el 88% son mipymes. Similar condición ocurre para el sector pecuario y de pesca (Procomer, Estadísticas de Comercio Exterior 2014).
Es necesario, por lo tanto, hacer un esfuerzo entre el sector privado y público para apoyar estas empresas en los cambios que las normativas imponen, tanto en aspectos de gestión de la inocuidad de alimentos como de inversión en mejoras de equipos, infraestructura e innovaciones tecnológicas.
Costa Rica debe mantener y mejorar su competitividad en los mercados globales. No puede descuidar al sector exportador, fuente de empleo para miles de trabajadores en todo el país y que genera un encadenamiento productivo dinámico que lleva bienestar a nuestra población. El reto es ahora. Como bien dijo Goethe: “La ventaja se la lleva aquel que aprovecha el momento oportuno”.
La autora es consultora internacional en gestión de inocuidad de alimentos.