Llegó de nuevo diciembre y el suplicio anual para sobrevivir a las interminables presas vehiculares en todas las ciudades del país, con un implícito incremento en el gasto de tiempo y combustible. ¿Será posible que las autoridades viales sean incapaces de resolver tal flagelo?
Para resolver la problemática de las presas, es primero obligatorio entender qué causa los cuellos de botella en todas las vías nacionales. Sin ser expertos en el tema, sabemos que las presas las causan los “cuellos de botella” a la circulación normal del tráfico. Estudiemos algunos de esos casos:
1. Puente de solo dos vías en carretera de cuatro carriles . Abundan estos casos y los más representativos están en la carretera por el aeropuerto Santamaría. Ir y volver de la costa en fines de semana es toda una proeza y lo seguirá siendo mientras no se amplíen dichos puentes con más de 50 años de vida útil. ¿Habrá interés del MOPT en soluciones de ese tipo o tendremos que esperar hasta que se construyan todas las nuevas carreteras que atraviesan esos puentes?
2. Accidente de poca cuantía . La inmensa mayoría de la súbita restricción al flujo normal del tráfico se debe a los accidentes de poca cuantía. Los involucrados deben permanecer sin movimiento por horas mientras llega el inspector del INS. Por uno o dos infractores a las reglas de conducción, o por su descuido, se castiga a miles de vehículos en tránsito, que se ven obligados a continuar su marcha en un solo carril o a detenerla totalmente. ¿Será constitucional dicha normativa del INS?
3. Retén de tránsito para verificación de documentos . Un ejemplo innegable es el del Parque de la Paz. La circulación se restringe a un solo carril para obligar a los vehículos a pasar por el carril de revisión. Eliminar esa práctica de revisión aleatoria implicaría todo el enojo de la Policía de Tránsito por restringirles su noble misión.
�4. Estacionamiento temporal en zonas prohibidas . En el centro de las ciudades es la norma ver vehículos aparcados dizque temporalmente con sus luces intermitentes o sin ellas. El efecto de cuello de botella se forma inmediatamente y a falta de vigilancia no hay manera de evitarlo.
5. Paradas de buses en una sola vía. Este caso es uno de gran importancia pues ocasiona otros accidentes colaterales. Ante la impaciencia de los conductores detrás del autobús para rayarle, más de un peatón sale accidentado u atropellado. Solo en algunas vías como la autopista al aeropuerto hemos visto progreso en la construcción de paradas laterales a la vía de circulación. ¿Y cuando el autobusero viola la obligación del uso del espacio diseñado para una parada segura? ¡Nada qué hacer!
Eso de la restricción vehicular me parece una solución a medias y poco convincente, pues no resuelve la problemática de los cuellos de botella en todo tiempo y espacio, que ya hemos indicado.