En La Nación del 25 de junio se publicó un reportaje sobre las discrepancias entre dos órganos de la gerencia médica de la CCSS.
En el reportaje, la Dra. María Eugenia Villalta se atribuye la decisión de suspender el plan de instalar un quinto acelerador lineal cerca del Hospital San Juan de Dios.
Como exjefe de clínica del servicio de Oncología y Radioterapia del Hospital México, desde su inauguración hasta 1986, comparto esa decisión y aporto las siguientes ideas:
1) Nuestro servicio contó, desde el inicio, con la primera bomba de cobalto instalada en Costa Rica y con aparatos de radio terapia profunda, intermedia y superficial, así como los tubos de radium requeridos para la radio terapia intra cavitaria. Contábamos con dos médicos radioterapeutas, el jefe médico (oncólogo), la secretaria del servicio y el físico nuclear que nos daba seguridad en los procedimientos y los tratamientos con radiación de súper voltaje asistidos eficientemente por el personal técnico y de enfermería especializado en este tipo de enfermedades. Como consecuencia, los tratamientos fueron exitosos y no tuvimos ningún accidente, como sucedió desgraciadamente en el Hospital San Juan de Dios hace algunos años con 115 pacientes sobre-irradiados.
2) Nuestra institución debe alejarse de las rivalidades que existieron antiguamente entre los hospitales de la Junta de Protección Social y los de la Caja, porque en la actualidad debemos pensar en que la institución abarca todo el territorio nacional y su población. Se debe fortalecer el funcionamiento del servicio de oncología y radioterapia del hospital México porque con la instalación de cuatro aceleradores lineales se necesita más personal especializado. Incluso se ha pensado en la contratación de médicos radioterapeutas extranjeros. En este punto me permito sugerir la necesidad de convencer a los radioterapeutas del San Juan de Dios para que den servicio en el Hospital México (ofreciéndoles dedicación exclusiva con la correspondiente mejoría de sus salarios). Así podríamos darle servicio a todo el país y tal vez no sea necesario contratar a 17 radioterapeutas extranjeros. Esto es preferible porque la especialidad de oncología y radioterapia requiere de muchos años de preparación. Además, evitaríamos la fuga de valiosos profesionales hacia el sector privado.
3) Al inicio, en el servicio de radioterapia en el Hospital México el 70% de los casos eran de carcinoma del cérvix avanzado. Esto ha mejorado enormemente con la detección de lesiones pre malignas, practicadas por el Laboratorio Nacional de Citología, ubicado en las cercanías del servicio de radioterapia. Necesitamos mejorar esa detección y ponernos como meta a mediano plazo que todas las mujeres sean protegidas para que en el futuro no tengamos que tratar con radioterapia radical ningún caso de esta enfermedad. No se justifica que en este momento existan muertes por carcinoma del cérvix (más de 200 casos por año). El tiempo que transcurre entre la displasia moderada y la malignizacion (carcinoma insitu) es de aproximadamente cinco años, tiempo suficiente para diagnosticar las lesiones pre malignas.
Deseo poner énfasis en algo muy importante, no solo en estos casos sino también en los de carcinoma de mama, carcinoma gástrico, carcinoma de próstata, carcinoma de piel, etc. La detección temprana de todas estas lesiones malignas, por los medios con que contamos en nuestra institución, permitiría que las instalaciones de radioterapia del Hospital México fueran suficientes ahora y en los años venideros para tratar todos los casos nacionales.
4) Este punto es fundamental: necesitamos urgentemente la implementación del expediente digital para todos los pacientes de la Caja. Me permito sugerir a la Dra. Villalta aprovechar las instalaciones del CENDEISS, que actualmente están subutilizadas, para instalar el centro de cómputo y control digital de nuestra institución (mainframe). Serviría no solo para el registro nacional de tumores sino para todas las necesidades de la Caja y menciono al CENDEISS porque sus instalaciones se encuentran cerca de nuestro servicio de radioterapia. Esto haría que la Caja ahorre miles de millones en su funcionamiento.
5) Los 14 millones de dólares que se planea gastar en el quinto acelerador lineal serían mejor invertidos si con ellos se hace realidad el expediente digital.